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sábado, 9 de febrero de 2019

Una recomendación: Obscenidad, de Rokudenashiko



Cuando se piensa en Japón, mucha gente tiene la idea de que es un país "avanzado". Yo mismo lo creía. En este blog me parece haber hablado alguna vez de cómo viendo sus series y mangas uno podía llegar a pensar que también era una sociedad muy avanzada a nivel de derechos e igualdad. Al fin y al cabo no era difícil encontrar personajes LGBT o al menos de sexualidad ambigua, chicas guerreras, a menudo un contenido sexual mucho más claro en obras juveniles que otras obras occidentales...

Lamentablemente, esta imagen no se corresponde con la realidad social del país. Los derechos LGBT en Japón, si bien no están al nivel de atraso de otros países, y tu vida digamos que no corre peligro por salir del armario, están aún en pañales, y me temo que todo indica que es una sociedad muy reacia al cambio, por lo que mientras el resto del (¿primer?) mundo vamos a buen ritmo, allí la cosa va a ir con mucha calma hasta que se pongan al día. Y si hablamos de igualdad entre sexos, bueno, bueno, digamos que esto junto com el nivel de mojigatería y atraso del país en materia de sexualidad queda reflejado con total claridad en el manga del que quería hablar hoy, Obscenidad, de la artista Megumi Igarashi, también conocida con el nombre artístico de Rokudenashiko ("inútil").

Un buen día, la autora tuvo la inocente idea de hacer un molde con arcilla de su manko (vagina, en japonés). A continuación lo decoró con purpurina y colorines, y empezó a crear todo tipo de obras de arte a partir de esa forma básica, que hay que decir que pese a lo que pueda parecer, eran muy infantiles y graciosas, perfectas para cualquier amante de lo cuqui.


En un momento dado, la artista tuvo la idea de crear una canoa en la que el hueco para meterse era una gran vagina. Para poder llevar a cabo su idea, Rokudenashiko puso en marcha un crowdfunding, y el regalo para los colaboradores consistió en enviarles el archivo 3D de su vagina, para que pudiesen imprimir en cualquier impresora 3D los objetos que quisiesen con esa forma. Lo que no se imaginaba la pobre es que la policía llevaba un tiempo siguiéndole la pista (al parecer cierto comisario fue a ver exposiciones manko suyas en dos ocasiones), y un día de repente presentó en su casa para arrestarla. Y llevarla a la cárcel. Sí, todo esto ocurría en pleno 2014.

Lo que siguió fue un vía crucis por el sistema penitenciario japonés, que este manga refleja en toda su arcaica e hipócrita gloria. Resulta que el código penal japonés considera delito de obscenidad el mostrar explícitamente genitales por ningún medio público, ni siquiera cuando la obra en cuestión va dirigida a adultos. El quid de la cuestión es que esta prohibición ha sido ignorada en multitud de ocasiones, y la autora pone dos ejemplos indignantes por lo significativos que resultan. El primero de ellos es el Kanamara matsuri o  festival del pene de acero de Kawasaki, donde desfila por las calles un enorme falo rosa. En Google encontrarás cientos de imágenes de gente encantada con la estatua y chupando piruletas conmemorativas sin que ningún policía trate de detenerlos ni enviarlos a una cárcel donde no se les permita ni hacer una simple llamada a los familiares. El doble rasero es tan obvio que no me voy a parar más en esto.

En el festival también venden piruletas




El otro ejemplo que pone es una publicidad de revistas porno que vio en un tren, donde se veía a unas chicas desnudas; y de ese ejemplo hay más que decir. ¿Por qué la policía no actuaba contra eso, y para colmo en un contexto público como es un tren? Porque, como la propia Rokudenashiko explica, lo que en el fondo les molestaba es que sus creaciones de arte vaginal están creadas y controladas por ella misma. Es una mujer explorando su propio cuerpo de una manera divertida, desenfadada y no sexualizada. Sus figuritas, su canoa y todo lo demás no están hechas para excitar a ningún nombre, y no la cosifican como objeto sexual lista para el consumo. La consideraban obscena porque en su obra ella es la protagonista, y no una víctima ni un objeto de deseo. En última instancia, lo que ocurría es que la sociedad japonesa, profundamente sexista y patriarcal, trataba de poner a esta rebelde en su sitio, de hacerla callar y volver a ponerla en el estrecho cajón de las muchachitas tímidas-pero-sexys, de las lolitas en mini falda levemente sonrojadas, de las superheroínas de grandes escotes y de las amitas de casa mojigatas y dulces que están en casita preparando las cenitas de sus mariditos.



Mientras nos narra la odisea que vivió, Rokudenashiko reflexiona sobre el enorme tabú que existe en Japón en torno a los genitales femeninos (hay varias escenas en las que la autora se ríe porque debido a la causa de su encarcelamiento, durante su proceso judicial en varios hombres formales y "respetables" se ven obligados a decir la palabra manko, para su gran incomodidad), y a través de sus talleres varias mujeres llegan a conocer y apreciar sus propias vaginas, que hasta ese momento estaban invisibilizadas... Y todo ello contado con una sencillez y una espontaneidad que engancha.

En fin, no me quiero extender más porque de verdad  creo que merece la pena hacerse con este manga y descubrir todo lo que nos tiene que contar. Rokudenashiko es una persona increíble, espontánea y divertida, y es emocionante la humildad con que reconoce que toda su campaña por la liberación del manko empezó de la manera más frívola e inocente, sin que pretendiese hacerse abanderada de ninguna causa, sino por simple deseo de divertirse y experimentar con su cuerpo para hacer arte. Partiendo de su situación, el cómic, narrado de una manera muy amena y divertida pese a que en muchas ocasiones el contenido es indignante, nos muestra una interesante y crítica visión del Japón actual, del sexismo que impera y de su corrupto sistema penitenciario.

Y si alguien se anima a comprar una de sus encantadoras figuritas, dejo aquí el enlace a su tienda.

sábado, 29 de diciembre de 2018

La importancia de sentirte representado




 La entrada de hoy va a ser un poco más personal que de costumbre, pero mi intención es que, partiendo de esa reflexión personal, cualquiera que la lea pueda sacar unas conclusiones más universales. El riesgo de un blog como este (de cualquier medio de comunicación, en realidad) es que termine siendo leído por un grupo de gente "endogámico", de gente con un pensamiento afín. Y en general, y sobre todo en entradas como esta, desearía que también gente con un pensamiento completamente diferente diera un pequeño salto de fe y trataran de ponerse en el lugar de lo que digo. Así que, si eres de los que piensa que introducir diversidad en la ficción, y sobre todo en la infantil, es "inapropiado" o culpa de la "corrección política", o si piensas que los chistes de mariquitas son algo inofensivo que sólo molesta a los "ofendiditos", esta entrada también va dirigida a ti, y te voy a pedir que trates de entenderme antes de ponerme el aspa roja. Vamos allá.

De pequeño, uno puede llegar a sentirse un poco solo. Si tienes suerte, tendrás una familia que te cuidará y te acompañará, y también tendrás un cole al que ir y amiguitos a los que ver. Tu entorno puede tener las mejores intenciones respecto a ti. Pero sin embargo, la infancia es de alguna manera una época de cierta soledad, y es por eso que siempre se dice que es tan vulnerable. Porque los niños tienen un problema básico: su falta de experiencia en todo, y sus insuficientes herramientas para comunicarse. Cuando a un niño le ocurre algo más o menos infrecuente, es muy posible que piense que esto sólo le pasa a él. Puede ser incluso que piense que es culpa suya. A lo mejor piensa que vino mal de fábrica, y pocas cosas hay más dañinas que este tipo de ideas.

A mí desde pequeño me gustaban los cómics. Empecé, como tanta gente, con los tebeos de Zipi y Zape o Mortadelo y Filemón. Aquellas historias eran en general bastante infantiles y evitaban cualquier tema adulto como la sexualidad... pero de vez en cuando resquicios del mundo real se colaban por entre las páginas. Por ejemplo, recuerdo claramente un personaje secundario que aparecía en Mortadelo y Filemón, un tipo musculoso con el que el profesor Bacterio experimentaba. El giro de guión era que pese a ser musculoso era débil, y, sobre todo, tenía muchísima pluma. Al descubrirlo, los dos agentes se carcajeaban de él, haciendo claramente de avatares de los lectores (hablando en plata: tú también te tenías que reir, porque ¡resultaba que el fortachón era mariquita!). Recuerdo que se llamaba "Margarito", por si el chiste no era lo bastante obvio, y Google me informa de que su apellido era "Mariposillo", vamos, que Ibáñez no escatimó en señales. Algunos ya estarán empezando a indignarse al leerme, y dirán "¡es que eran otros tiempos!". Sí, lo eran, pero también eran los tiempos en los que yo tenía ocho, nueve o diez años, y esta una de las mil maneras en que el mundo me empezaba a decir que si yo resultaba ser mariquita, lo que me esperaba era un destino chungo; quizá en el mejor de los casos ser el blanco de las risas, como Margarito.



La otra manera eran los chistes de mariquitas que contaban mis primos o veía por la tele, en los que siempre, siempre, siempre, el mariquita en cuestión hace un papel de ridículo, tonto o ambas cosas a la vez. O quizás esas pelis en las que salía un secundario mariquita ridículo (lamento la repetición el adjetivo, pero es que esa característica era la definitoria) como para que a su lado pudiera destacar la virilidad del héroe. Espero que quien lea esto entienda que estoy usando la palabra "mariquita" porque me estoy poniendo en la piel de las personas que creaban este tipo de chistes e historias, y si algo está claro es que en sus cabezas esos personajes no eran "homosexuales" ni muchísimos menos "gays", sino mariquitas. Como mariquitas eran también los hombres que estaban en el bar La ostra azul, de las pelis de Loca academia de policía, y que a la primera de cambio trataban de bailar con los protagonistas cuando entraban al bar por accidente. El mensaje claro era esa idea aún viva en la mente de determinados hombres heterosexuales de que los gays solo piensan en violar a todo aquel que se les ponga delante, porque obviamente "bailar" era una forma de representar otros verbos acabados en "ar". Mariquita era aquel peluquero de la peli La roca que se ponía a hablar de tratamientos para el cabello mientras los machos de la peli hablaban de cosas serias, y luego le suplicaba en un ascensor a Sean Connery, tan estoico y viril él, que le dejara vivir. En fin, "mariquitas" de los que reírse había unos cuantos.

 Todas estas cosas se me quedaban grabadas porque yo por dentro empezaba a sospechar (a temerme, más bien) mi realidad, y estos personajes patéticos y ridiculizados eran mis únicos "referentes". Si los únicos espejos en los que puedes mirarte son así de chungos, ¿qué esperas que sienta un niño que aún no sabe casi nada de la vida? El mundo, simplemente, no paraba de repetirme que ser homosexual era lo peor que podías ser, una cosa indigna cuyo destino es como mucho servir de payaso, o de vara de medir para que los machotes puedan validar su virilidad.

Con el paso de los años, según iba entrando en la adolescencia, empecé a desear encontrar un tipo de identificación distinta en esas historias que consumía. Con la edad empiezan a entrarte inquietudes sexuales y románticas, y de nuevo las obras de ficción son una de las principales fuentes donde uno trata de encontrar referentes. Quieres leer un libro o un cómic, o ver una película, donde a los personajes les pase lo mismo que a ti. Todos podemos empatizar con una peli romántica con personajes de cualquier tipo, porque en definitiva el amor es el amor, pero las particularidades de ese amor cambian cuando cambian las características de los interesados, como por ejemplo su orientación sexual o su raza. Quizá algunos se molesten leyendo esto, y digan "¡Es pensando de esa manera como creáis un gueto! ¡Las personas somos todas iguales!". Y yo digo, muy bien, lo somos, pero nuestras circunstancias no lo son. ¿Sabe una pareja heterosexual lo que es arriesgar su integridad física cuando se besa o se coge de la mano en un lugar público? ¿En algún país del mundo se ven obligados a coger camas de hotel separadas y fingir que son amigos? ¿Alguna vez ha estado prohibido el matrimonio entre un chico y una chica blancos? ¿Alguna vez, al ver a una chica y un chico blancos besándose en un coche, la policía ha supuesto que ella era prostituta? (Como curiosidad, mientras buscaba información para esta entrada, he encontrado páginas y páginas de noticias en las que a personas negras les ocurrían cosas absurdas porque alguien sospechaba de ellos automáticamente, sin haber hecho nada).

Y es por esta diferencia de circunstancias, y por un puro de deseo de no sentirte como un perro verde (o invisible), que uno deseaba verse alguna vez reflejado en esas obras de ficción. Una y otra vez, al ver a ese personaje que parecía "muy amigo" de otro, me ilusionaba pensando que quizás esta vez iba a ser que sí, que no se iba a quedar todo en una insinuación y efectivamente los dos iban a tener una relación romántica. En este sentido recuerdo muy claramente lo que ocurrió en el cómic de Marvel X-Force durante los 90 con el personaje de Estrella Rota. Su guionista por aquel entonces, Jeph Loeb, comenzó a introducir insinuaciones de que Estrella Rota estaba enamorado de su amigo Ríctor. Todo empezó de manera muy sutil: Estrella Rota acudía al rescate de un chico que estaba recibiendo una paliza a manos de una pandilla, a la salida de un bar. En ningún momento se pronunciaba la palabra "maricón", pero se daban suficientes pistas como para imaginar lo que ocurría, y la escena evidentemente no era gratuita. Durante los siguientes números Loeb continuó dejando indirectas más o menos claras... hasta que el cómic cambió de guionista y toda esta subtrama fue abandonada. (Años después, el guionista Peter David volvió a coger el toro por los cuernos y ¡por fin! permitió que la relación de Estrella y Ríctor tuviese lugar. La lástima es que ya me pilló en la treintena, y aunque me alegró mucho y mi yo adolescente se sintió reivindicado, para entonces no lo necesitaba tanto como cuando tenía 16...).




Y termino ya. Ojalá esta entrada haya hecho reflexionar a alguien, aunque solo sea una persona, y por un momento haya podido ponerse en mi piel y en la de tantas otras personas que han vivido lo mismo. Como nota positiva, el panorama ha cambiado y está cambiando muchísimo, y sin duda los niños de hoy tienen la suerte de contar con un montón de productos audiovisuales donde los personajes LGBT empiezan a ser mucho más visibles, y sobre todo representados de maneras positivas. Como muestra, termino la entrada con este bonito vídeo procedente de la serie Steven Universe (¡gracias a Valle san por hacerme saber de ella!).

viernes, 23 de marzo de 2018

Black Panther (2018) y El Rey León (1994): 24 años y seguimos sin reinas

 Recientemente, al salir de ver la nueva peli de Marvel, Black Panther, comentaba con una amiga la gran diferencia en la representación femenina con respecto a otras películas de de su universo cinematográfico, donde como mucho siempre había una chica o dos en un elenco de muchos, muchos hombres (y por falta de fuentes no es, porque si hay hay algo que los cómics tienen para dar y regalar son mujeres heroínas). En Black Panther, sin embargo, la presencia femenina era abundante, y por esta vez la peli conseguía incluso aprobar el test de Bechdel. Además el papel de las mujeres no es algo anecdótico tipo "novia/madre de", sino con gran peso en la trama, teniendo en cuenta que la guardia real, las Dora Milaje, son un ejército compuesto por mujeres, y que la principal ingeniera de la tecnificada sociedad de Wakanda es Shuri, la hermana de T'Challa.


Sin embargo mi amiga observó un detalle que se me había pasado por alto y que me hizo matizar un poco el grado de progresismo de la película: "Sí, hay muchas mujeres y todas hacen cosas, pero al final es lo de siempre: se muere el rey y a nadie se le pasa por la cabeza que su esposa, la reina, podría seguir reinando. Y cuando hay un combate para decidir el siguiente gobernante, no se presenta ninguna de esas mujeres guerreras", dijo. Ups. Pues es cierto. Pese a la abundante presencia femenina en la historia y el peso que tienen en esta, la realidad es que al nivel más profundo siguen siendo los hombres los que marcan el transcurso de la historia, y finalmente todas esas mujeres no dejan de ser sus comparsas. Fuertes e inteligentes, pero comparsas en definitiva. Y es que el rayo de esperanza para que acaben ganando los buenos llega cuando se descubre que Black Panther en realidad no había muerto, y puede volver a tomar la Hierba en Forma de Corazón que le otorga superfuerza y demás (de nuevo, obsérvese que de manera significativa durante la película sólo se ve a hombres tomando esta hierba). En fin, que está muy claro. Es un hombre el que tiene que ser el rey y salvar a los demás, y las mujeres pueden ayudarle.

Todos estos detalles me hicieron recordar una película de 1994 que emplea tramas y temas similares, y que en definitiva cae en lo mismo: El Rey León, de Disney.

Y tanto que era un "ciclo sin fin", que veinticinco años después seguimos igual.
Con la diferencia de que en aquella la diferencia de trato del personaje de Simba y el de Nala era aún más obvia y estaba más subrayada todavía. Desde que era un cachorro Simba ya sabía que antes o después él iba a ser el rey, como se encargaba de recordar a todo el mundo en la famosa canción. Lo curioso es que la película incluía dos escenas de peleas entre Simba y Nala, su futura esposa, una cuando eran pequeños y otra cuando eran adultos, y en ambas ocasiones era Nala quien ganaba. Es decir: los guionistas estaban estableciendo hasta en dos ocasiones que Nala peleaba mejor que Simba. En un buen guión nada es gratuito, nada ocurre porque sí, sino que cada cosa que se dice y ocurre significa algo. Sin embargo, en una peli con un guión tan bien construido como El Rey León, sorprende que finalmente este detalle no tenía ninguna relevancia en el final. Una vez Simba había huido al exilio, el último papel de Nala era ir en su busca y convencerle de que su pueblo le necesitaba. Seguía siendo algo coherente con la psicología de Nala, de la que se nos había mostrado que era valiente y decidida, frente a Simba, más inmaduro y con tendencia a eludir las responsabilidades. A nivel temático era coherente: Simba por fin se hacía adulto y asumía su obligación, volviendo al reino y enfrentándose a Scar. Pero argumentalmente, la pregunta del millón era: Si Nala, como la propia peli había mostrado, era mejor guerrera que Simba, ¿por qué no luchó ella misma contra Scar?

Porque Simba tiene algo que ella no tiene. No me refiero a la melena.
 A lo largo del vasto mar de Internet encontrarás a más gente que se hace esta pregunta, y buscan complejas explicaciones que racionalicen esta decisión de los guionistas (eso los que no se tapan las orejas y gritan "es sólo una peli"); porque no olvidemos que toda ficción sale de la cabeza de alguien. La respuesta en mi opinión está muy claro que no está en el propio guión, sino en el mundo que nos rodea; ese mismo mundo por el que las monarquías se heredan de padres (varones) a hijos (varones) y las hijas, o las mujeres en general, sólo son candidatas si no hay ninguna opción más de cromosoma XY por delante de ellas.

Hacemos fast forward a 2018 con Black Panther y seguimos básicamente en el miso punto, aunque ahora tengamos a muchas Nalas rodeando al Simba de esta ocasión. La historia ha ido transformando y ampliando el rol que las mujeres pueden ocupar, en la ficción y en la realidad, pero el hecho es que a nivel profundo, aquí el que corta el bacalao sigue siendo el hombre. 

martes, 27 de junio de 2017

Wonder Woman (2017): hay muchas maneras de cambiar el mundo


 El recorrido que Wonder Woman, la película y el personaje, han trazado hasta llegar a la gran pantalla, ha sido largo y tortuoso. Y es que sobre los hombros de la amazona descansaban un montón de expectativas, posibilidades y responsabilidades. Esto no era solo una película: esto era una apuesta al doble o nada, de cuyo resultado artístico y comercial dependía una importante posibilidad de evolucionar para la cultura y por ello para la sociedad. Tal vez parezca que exagero, pero estoy convencido de ello, y me explico.

La última peli protagonizada por una superheroína de cómic fue Elektra, en 2005. Aquella peli, un spin-off de Daredevil protagonizado por Jennifer Garner, se pegó un importante batacazo comercial y crítico. Corrían malos tiempos para el cine de acción protagonizado por mujeres: Catwoman, Ultraviolet y Aeon Flux, aunque contaban también con actrices de primer nivel, tuveron también resultados flojísimos en la taquilla y en la crítica, y al final el subgénero entró en un largo período de criogenización, sólo interrumpido en parte por la saga de Resident Evil, que al menos a nivel comercial triunfaba, y sobre todo Los Juegos del Hambre, que esta vez sí, sumaba unas críticas bastante postivas a su buen rendimiento en taquilla.

Tengo que reconocer que tengo una cierta debilidad por todas las pelis que menciono ahí arriba (particularmente por Elektra, de la que quizá algún día hablaré), pero aunque les vea sus cualidades positivas, no puedo negar que eran flojas, y en muchos aspectos se notaba la poca fe que los estudios responsables tuvieron en ellas, más allá de poner a una actriz famosa de cabeza de cartel. Directores que en varios casos no se tomaban muy en serio a su personaje, guiones descompensados, falta casi total de respeto a las fuentes de esos personajes.. El fracaso era casi obligatorio.
 
En Wonder Woman, casi se puede palpar, el estudio puso toda la carne en el asador. Empezando con una directora potente (Patty Jenkins, autora de la inolvidable Monster), siguiendo por una protagonista que no era muy famosa (ni tan curvilínea como algunos pensaban que debía ser) pero sí perfecta para encarnar a la amazona, luego por un guión bien dosificado (aunque un tanto largo, la cruz cinematográfica de nuestro tiempo), y acabando por una maquinaria promocional a la altura.

Y el resultado es digno del nombre de la protagonista.




Patty Jekins y Gal Gadot se alejan por completo del sendero del cinismo, las caras serias y los tonos grisáceo-azulados de sus predecesoras, y componen a una superheroína que si por algo destaca es por su bondad, su optimismo, su calor humano, su, en el mejor sentido del término, inocencia. Wonder Woman se mete de cabeza en la Primera Guerra Mundial no porque la obligue a ello un árido sentido del deber, sino porque desea ayudar a la gente, detener la guerra y salvar todas las vidas que pueda.

La película está llena de momentos memorables, destacando esa icónica secuencia en la que Diana se cansa de seguir todo el rato las indicaciones de Steve, se coloca por primera vez su diadema, se quita la capa y sale a campo abierto a cambiar por sí sola el curso de la batalla. Viéndola avanzar por el campo, devolviendo las balas con sus brazaletes y defendiéndose de la artillería con su escudo, entendemos de golpe todo lo que Diana Prince representa, tanto dentro como fuera de la película.

La directora tuvo que luchar para que esta escena no fuese cortada del montaje. De repente se entiende mejor por qué el universo cinematográfico DC iba como iba... 
Las cualidades de Wonder Woman como persona y superheroína nunca dejan de estar presentes a lo largo de la película: tanto la valentía y la fuerza, como su compasión, optimismo y bondad. Y es que desde el principio el personaje fue creado con una idea en mente: representar cómo determinadas cualidades tradicionalmente femeninas y que se percibían como asociadas con la debilidad, podían ser en realidad aquello que la hacía más fuerte y heroica. La directora ha tenido esto en mente durante todo el proceso de creación de la película y podemos verlo incluso en detalles como su forma de luchar: aunque Diana porta una espada, la mayor parte del tiempo se enfrenta a sus enemigos de forma no letal, con puñetazos y patadas, golpes de escudo y con el Lazo de la Verdad. No lucha para matar, sino para conseguir la paz. El contraste con los rascacielos demolidos por Superman en Man Of Steel es abismal...

Para redondear la peli, tenemos unos cuantos secundarios entrañables (destacando a la divertida Etta Candy; y aprovecho el paréntesis para lamentar que no tenga un papel mucho, mucho mayor en la peli), y hasta el obligado personaje masculino que da pie a la subtrama romántica, está escrito e interpretado con acierto, y tiene su propio peso en la trama sin necesidad de eclipsarle o anularle para que la protagonista brille, como tantas veces ocurre en pelis de este estilo cuando se invierten los roles y él es el héroe y ella "la novia".

Otra escena icónica. Esta además dio pie a un hashtag, #WWGotYourBack en el que mujeres y niñas guardan espadas en sus vestidos. Si esto no es un ejemplo de empoderamiento a través de de la cultura que baje dios y lo vea.

Decía al principio que la peli cargaba con un gran peso a sus espaldas, mayor que el que cargan otras pelis de expectativas comerciales similares: Wonder Woman tenía que demostrar que una película de superhéroes protagonizada por una chica y dirigida por una mujer podía triunfar en taquilla. Casi me da vergüenza tener que teclear la frase anterior, pero es que esta ridícula idea estaba de verdad implantada en las mentes de los productores ejecutivos de Hollywood (para muestra, un botón: cuando rodó esta peli, Patty Jenkins no firmó un contrato que la atase a una secuela, como ocurre habitualmente con este tipo de películas, lo que muestra que los productores, pesea todo, no las tenían todas consigo). Wonder Woman ha pulverizado este prejuicio, y sólo nos queda esperar que el ejemplo cale, y la idea quede desterrada ya para siempre.

Este artículo va dedicado a Pedro y Marina. Ojalá hubiésemos podido estar juntos para verla. 

jueves, 26 de enero de 2017

El queer baiting: cuando es sí pero no

viernes, 23 de septiembre de 2016

Racebending: el blanqueamiento en el cine

En los últimos años se ha ido produciendo con más frecuencia un fenómeno que hasta no hace tanto era inédito: en las adaptaciones de obras de ficción de un medio al cine, cambiar la raza del personaje en cuestión, eligiendo para ello a un actor de raza distinta a la que el personaje tenía en la versión original de la obra. Pero hay que hacer una puntualización clave: de lo que hablo es de que el personaje original fuese caucásico, y en la nueva adaptación no. Porque lo contrario, que el personaje original fuese de una raza diferente a la caucásica y el actor en la versión nueva sea blanco, NO es un fenómeno nuevo ni por asomo.

Ya en películas clásicas de Hollywood había decenas de ejemplos, con Natalie Wood, americana de ascendencia rusa, haciendo de portorriqueña en West Side Story, o Boris Karloff haciendo de asiático en La máscara de Fu-Manchú. Esta costumbre no ha terminado, y en breve por ejemplo tendremos la adaptación cinematográfica del manga Ghost In The Shell, donde Scarlett Johansson encarna a la muy asiática Motoko Kusanagi. Hablando de asiáticos, fue gracias a la polémica y fallida adaptación cinematográfica de la serie de dibujos Avatar: The Last Airbender, donde los personajes podían doblegar ("to bend", en inglés) los elementos en su favor, que se acuñó el término que describe este fenómeno: el racebending, también llamado whitewashing o blanqueamiento. 

"Lo del pelo en cambio fue porque se nos acabó el tinte morado"

Las razones de este fenómeno parecen bastante claras, y son extrapolables a otras situaciones parecidas de las que ya hablaré en otra ocasión: prevalece la idea de que para que un película sea comercial y accesible a todos los públicos, el personaje principal debe de ser alguien con quien todo el mundo se pueda identificar, y esto, entre otras cosas, implica que el actor que lo interprete sea blanco. No hace falta pensar mucho para darse cuenta de todas las implicaciones que esta estrategia trae consigo: que el ser blanco es la opción "por defecto" y las demás razas son variaciones de la misma. Que el público que importa principalmente es el blanco. Que las personas no caucásicas deben ser capaces de identificarse con personajes de otras razas sin ningún problema, mientras que lo contrario al parecer es más complicado.

Un detalle revelador en este sentido es que los personajes secundarios, a menudo el último bastión de libertad creativa de los guionistas en virtud de su condición intrínseca de personajes menos importantes y por ello menos visibles, no sufren este fenómeno tan a menudo. Y así, por ejemplo, la actriz de Anita, la amiga de la anteriormente mencionada Natalie Wood en West Side Story, sí que era latina. Los personajes secundarios, y por tanto sus actores correspondientes, no son el mascarón de proa de las películas, no salen en primer plano en las carátulas o en los pósters, no son (o no suelen ser), en definitiva, el principal reclamo comercial de ninguna producción, y por ello no hay riesgo en coger a actores de la raza correspondiente, y quizás incluso conservar así la simpatía del público no caucásico, teniendo un pequeño detalle con ellos. Sí: ¡es exactamente el mismo rol que han hecho los "mejores amigos gays" de las protagonistas en tantas pelis durante tantos años!


Pero volviendo al principio de la entrada, en los últimos años estamos asistiendo a un fenómeno nuevo y opuesto: personajes que eran originalmente blancos siendo interpretados por personajes de otras razas. Todos los ejemplos que me han venido a la mente mientras pensaba esta entrada, por algún motivo, provienen de películas y series de temática superheroica: Perry White, el director del Daily Planet, interpretado por Lawrence Fishburne, Samuel L. Jackson poniendo cara y voz al sargento Nick Furia, el afroamericano Mehcad Brooks encarnando al tradicionalmente blanco y pelirrojo Jimmy Olsen en Supergirl, y de propina un caso menos conocido: la japonesa Tao Okamoto haciendo de Mercy Graves, la asistente personal de Lex Luthor en Superman v Batman. Estoy seguro de que me dejo muchos ejemplos en el tintero, y sobre todo me pregunto si habrá casos de personas reales en biopics. Porque lo contrario, es decir, casos de blanqueamiento en películas que hablan de gente real, sí ha ocurrido: véase el ejemplo de Alejandro Dumas, de antepasados, haitianos, siendo interpretado por Gerad Depardieu.

Podría parecer que ambos fenómenos, el blanqueamiento y su contrario (¿el "desblanqueamiento"?) son paralelos e igualmente negativos y racistas en su intento de transformar a las personas y personajes en algo que originalmente no eran. Sin embargo, las cosas no ocurren sin un contexto específico y una historia detrás, y teniendo ambas cosas en cuenta, la conclusión a la que llego es que si bien el blanqueamiento es un fenómeno racista que debería desaparecer cuanto antes, su contrario es algo positivo. Me explico.

"Está feo señalar a la gente, Perry-del-cómic"
 Las principales industrias culturales del mundo, actualmente, con la posible excepción de Japón, provienen del mundo anglosajón y blanco, y lo han hecho desde hace muchas décadas. Siendo así, no es extraño que los personajes que producían reflejasen este hecho. Así, actualmente, una grandísima parte de los iconos culturales del mundo son hombres caucásicos. Desde hace décadas hemos consumido series, cómics y películas en las que la mayoría de los héroes eran tipos blancos. Incluso alguien como Superman, que provenía de otro planeta, parecía nacido en Kansas. El mundo ha asumido a todos estos personajes como parte del patrimonio cultural mundial. Pero la sociedad ha ido cambiando: los países están más conectados entre sí que nunca, y el mestizaje cultural y racial es mil veces mayor. En nuestro mundo ya no tiene sentido que los personajes principales de todas las historias sean siempre blancos, y ya toca desterrar la noción de que uno sólo es capaz de identificarse con un determinado tipo de personaje.

miércoles, 27 de julio de 2016

Wonder Woman: el nacimiento de un icono


Voy a empezar con una confesión: hasta hace muy poco, mi percepción de Wonder Woman era muy tenue: ese personaje de DC que tenía una soga mágica y era muy fuerte y... Sin embargo, los astros se han alineado en este, el año de su 75 aniversario, y de repente Diana Prince ha regresado con mucha fuerza al imaginario colectivo. Y mi descubrimiento fue que tanto el personaje en sí mismo como todo lo que la rodea estaba lleno de cosas fascinantes por descubrir.

Todo empezó hace unos pocos meses, en la oscuridad literal y metafórica de la sala de cine donde veía Batman V Superman: el Amaneceer de la Justicia. Yo, como gran parte del público, estaba un poco abotargado ante tanta escasez de luz, tanto rictus serio y distante de Henry Cavill, tanta destrucción masiva. Ya sabéis, las pelis de acción desde hace ya un tiempo son "oscuras". El monstruo de la peli estaba a punto de exterminar al pobre Batman (dato curioso: el "oh, mierda" que suelta ante su inminente muerte fue improvisado por Ben Affleck, y significativamente es otra de las cosas más memorables de la peli) y toda esperanza parecía perdida... Hasta que de repente se interpone Wonder Woman, salvándole.

Y la adormecida platea soló un grito ahogado de admiración colectiva.

"He venido aquí a salvar la tierra y de paso la película"
Tras unos pocos minutos de metraje, quedó clarísimo para todo el mundo que la Wonder Woman de Gal Gadot era de lo mejor de la peli. Y tiene gracia, porque unos meses atrás, en muchos foros de internet, se criticaba el casting, diciendo que Gal Gadot era excesivamente plana, y otras consideraciones de similar calado (también criticaban la elección de Affleck, que resultó ser lo segundo mejor de la peli: el valor de las primeras impresiones). El año que viene por estas fechas podremos ver su primera película en solitario, y ojalá con ella podamos enterrar para siempre ese mito de que las películas de superhéroes protagonizadas por mujeres no funcionan.

Remontándonos al origen de Wonder Woman, parece que desde el principio este era un personaje llamado a convertirse en un icono cultural, feminista concretamente. Su creador, William Moulton Marston, creía que el cómic de superhéroes tenía un potencial mucho mayor por explotar, y DC le encargó la tarea de crear un personaje nuevo. Significativamente, fue su esposa Elizabeth Holloway la que le sugirió que fuese una mujer, y Marston se basó en ella para crear a Wonder Woman. Holloway en sí misma merecería otro artículo para ella sola, pero a modo de aperitivo, lo que inspiró a Marston fue su personalidad liberal y poco convencional, y para los brazaletes indestructibles de WW se basó en los que llevaba Olive Byrne, otra mujer que vivía con ellos en una relación poliamorosa. En los años 40. Por cierto, además de crear a Wonder Woman y vivir en un trío, el matrimonio inventó el polígrafo. No perdían el tiempo, desde luego.

Según explicaba Marston, muchas niñas se sentían inferiores por su sexo, que culturalmente parecía relegarlas a ser delicadas, sumisas y pacíficas, si querían ser consideradas buenas. Por ello, creó a Diana con el objetivo explícito de dar una vuelta de tuerca a estas cualidades, y sin renunciar a lo bueno de ellas, quitarles esa connotación de pasividad, y crear un icono feminista que aunara lo mejor de ambos mundos. Un personaje que sirviera de espejo en el que mirarse para todas esas niñas que deseaban ser más que floreros. Y lo logró: Wonder Woman era efectivamente dulce y amante de la paz, pero tenía, según sus propias palabras, "la fuerza de Superman".

A lo largo de su sus muchísimos años de recorrido, el rol de Wonder Woman ha ido evolucionando, y no siempre de la mejor manera: durante una época, por ejemplo, fue la "secretaria" de la Liga de la Justicia. Ejem.

Además seguro que Flash hacía más pulsaciones por minuto
Tampoco le faltaron las críticas de que era una "lesbiana que odiaba a los hombres", porque como todos sabemos ser amante de la acción significa ser lesbiana, y ser lesbiana significa odiar a los hombres. En fin. Lo cierto es que no, no lo era, pero sí una mujer progresista y defensora del amor y la libertad, y como tal ofició una boda entre dos mujeres en agosto del año pasado. Dato curioso: Lynda Carter, la actriz que encarnó a WW en la serie de los 70, es también una activista en pro de los derechos LGBT. Llegados a este punto ya empiezo a pensar que este personaje y todas las personas que lo rodean son como un enorme faro de luz y progresismo, y estoy deseando ver si Gal Gadot continúa la tradición.

Una de las cosas más interesantes de Wonder Woman es que representa una tercera vía en lo que a igualdad se refiere. Desde su creación, el personaje nunca aspiró a ser una mera copia de Superman con vagina. Como comentaba más arriba, su creador no pretendió anular todas esas cualidades típicamente consideradas femeninas y fabricar a un tipo duro con cuerpo de mujer, sino destilar todo lo positivo de aquellas cualidades (el pacifismo, la defensa del amor, la dulzura) en un personaje que a la vez sabía ser fuerte y firme y perfectamente capaz de entrar en acción si la situación lo requería. ¿Qué tal sería crear ahora un personaje inverso, que siendo hombre también tuviera un fuerte componente femenino y mezclara las características estereotípicas de cada sexo de una manera positiva? Todo apunta a que la sociedad tiene más problemas a la hora de aceptar este perfil de hombre, pero mi sensación es que a día de hoy estamos en el momento exacto para que un superhérore así salte al mainstream y cambie las reglas del juego una vez más.

viernes, 26 de febrero de 2016

La revolución de Marvel



De las miles de cosas que Estados Unidos ha aportado a la cultura mundial, los superhéroes son sin duda una de las más populares e icónicas. Personajes como Spiderman, Superman, Lobezno o Iron Man son desde hace muchos años parte del imaginario colectivo, y en los últimos años más aún si cabe, con la oleada aparentemente interminable de adaptaciones al cine de estos cómics, que han permitido que una parte aún mayor del público se familiarice con ellos.

Hay muchas teorías sobre la popularidad de los superhéroes. ¿Son quizá puro escapismo? ¿Un reflejo de los valores de cada época? ¿Una manera de proyectarnos en lo que querríamos ser? ¿Una forma de hablar de manera más o menos velada de los problemas a los que se enfrenta nuestro mundo? O quizás todo eso y más. Los cómics de superhéroes sin duda mantienen un diálogo constante con la sociedad en la que se enmarcan, y desde luego notarás un enorme contraste si lees una publicación de los años 60, con su falta de ironía, su "pureza" y su luminosidad, y luego lees otra de los 90, con sus antihéroes de musculatura hipertrofiada, su cinismo y su, vamos a decir, "oscuridad".

Pero en esta entrada me gustaría centrarme en algo que se viene produciendo en los últimos años en una editorial en concreto, Marvel (aunque el fenómeno es observable en otras también), y que cada vez es más notorio: la explosión de la diversidad en sus personajes. Y cuando hablo de diversidad hablo de culturas, de razas y de orientaciones sexuales. El imperio de los rubios de ojos azules está desapareciendo, y dando lugar a un nuevo mundo en el que, al igual que los lectores, los héroes ya no son todos hombres blancos heterosexuales. Y no se trata sólo de secundarios y extras, sino de protagonistas de pleno derecho. Lo más curioso es que nuevos personajes pertenecientes a minorías están tomando el relevo de personajes clásicos, por diversos motivos argumentales, y adoptando sus identidades superheroicas. A continuación, un montón de ejemplos.

Explosión de personajes LGBT

Durante un montón de años, Estrella del Norte fue el único superhéroe gay de Marvel. Tras una convulsa historia llena de tiras y aflojas, el canadiense pudo por fin salir del armario en 1992. Y el pobre estuvo solo en el club durante mucho tiempo, pero ya no. En los últimos años los personajes LGBT han empezado a proliferar, y ahora tenemos a gente como Wiccan (uno de los magos más poderosos del universo Marvel), su novio Hulkling, Anole, Karolina Dean y su novia Xavin (que hasta cierto punto se puede considerar transexual), Rictor y Estrella Rota (otro caso en el que durante años se trató sacar adelante el tema y no hubo forma)... En el caso más reciente, el pasado año, el Hombre de Hielo, uno de los X-Men más icónicos, con años de historia a sus espaldas, salía del armario (bueno, lo hizo su yo adolescente, pero no vamos a entrar en ese jardín porque igual no salimos). Los besos entre personajes del mismo sexo ya no son tan difíciles de encontrar, y ya inluso hemos tenido alguna boda que otra.



Thor es ahora una chica

El Mjolnir, el martillo de Thor, al parecer nunca especificó que la persona que lo levantara tenía que ser un hombre... Y así, por una serie de circunstancias, desde 2014 es Jane Foster la portadora del martillo sagrado.



Spiderman es negro

Negro e hispano, para ser exactos. Se llama Miles Morales y proviene de un universo alternativo que... en fin, lamento dejar siempre la historia a medias y no entrar en detalles, pero si has leído muchos cómics en tu vida sabrás que la telenovela más enrevesada se queda en pañales al lado de estos. Al parecer sus creadores se inspiraron en Barack Obama, lo cual crea un interesante paralelismo entre lo que está pasando en los cómics con la representación de las razas en papeles de primera fila, y lo que pasó en el mundo real cuando Estados Unidos tuvo por fin al primer presidente afroamericano de la historia.







El personaje revelación de 2014 fue una adolescente musulmana

Una de las reglas "no escritas" (?) de las obras de ficción mainstream es que las chicas venden menos que los chicos como protagonistas de las historias, porque el público es principalmente varón y no es capaz de identificarse con alguien que no sea como él. Bueno, esta hipótesis a estas alturas ha sido refutada algo así como catorce millones de veces, y un magnífico ejemplo es Ms. Marvel, la serie que narra las aventuras de Kamala Khan, una adolescente musulmana que se enfrenta al crimen en las calles de Nueva Jersey. Mujer, de una religión que no está en su momento de mayor popularidad precisamente, con un punto friki, y obviamente de raza no caucásica, Kamala es la pesadilla de todo director de marketing. La serie ha sido superventas desde su inicio, ha ganado varios premios y ya es considerada una de las revelaciones de los últimos años. Y es fantástica, está llena de humor y amor por los personajes y obviamente la recomiendo muchísimo.





El nuevo Hulk es coreano-americano

¿Vas notando el patrón? Como se puede ver, varios de los héroes más icónicos de Marvel están siendo relevados por personas que no son de raza caucásica. En este caso se llama Amadeus Cho, es una de las ocho personas más inteligentes de la tierra y está encantado de ser el gigante verde.



El Capitán América es ahora afroamericano

Se llama Sam Wilson y este no es ningún recién llegado, porque le conocemos desde hace décadas como Halcón, e incluso ha hecho ya su aparición en un par de películas del Universo Cinematográfico Marvel. Por una serie de circunstancias, Steve Rogers, el Capitán de siempre, ha perdido sus poderes, y le ha pasado el testigo a Sam. De nuevo seguimos con el mismo patrón, y no se puede dejar de resaltar que hablamos de uno de los principales iconos no ya solo superheróicos del mundo, sino también de EEUU en general, llevando en su mismo nombre clave el nombre del país y representando sus principales valores. Decir que esto es significativo es quedarse corto.


Dicen que algo que se repite tres veces o más ya no es una casualidad, sino un patrón, y de la misma manera me parece evidente que toda esta explosión de diversidad no es coincidencia, sino algo muy intencionado por parte de Marvel. En este blog he hablado multitud de veces sobre cómo, en los medios, se insinúa la idea de que "la persona estándar", ese protagonista quintaesencial con el que todo espectador puede identificarse, es un varón blanco heterosexual. Es el ser humano "por defecto", y todo lo que no sea así es "una variación". Y por ello, supuestamente al público masivo le cuesta más conectar con esos personajes, con lo que las obras protagonizadas por dichas "excepciones" van dirigidas a nichos de mercado específicos, y no al gran público. El cómic de superhéroes no es precisamente una manifestación cultural underground (y sus adaptaciones cinematográficas mucho menos), y por ello me parece tan notable lo que Marvel está haciendo. El mensaje claro es ni más ni menos que esta noción de la "persona estándar" en la que todos nos podemos reflejar es una patraña, y que si un guión está bien escrito y un personaje es interesante, da igual cuál sea su raza, su sexo o su orientación, que cualquiera se podrá identificar con él.

Está claro que el panorama ha cambiado muchísimo, y estamos ante un despliegue de diversidad en la representación como no se había visto nunca. Queda por ver si todos estos cambios serán duraderos o quizá quedaran sólo como un golpe de efecto y con el tiempo todo volverá al statu quo. El mundo del cómic está en constante evolución, y las cosas no suelen permanecer mucho tiempo inalteradas. ¿Seguirá Marvel por esta misma senda, o esto es sólo un espejismo y pronto volverán al punto de partida? ¿El público estña preparado para esto, o tienen razón los ejecutivos? ¿Es valioso que los personajes más icónicos sean ahora encarnados por minorías raciales o mujeres, o quizá sería mejor que se crearan personajes nuevos que tuviesen valor por sí mismos y no estuviesen a la sombra de nadie? Pase lo que pase, esto es una bocanada de aire fresco, y me parece un gran paso hacia delante que una gran empresa que mueve millones se atreva a romper con ese viejo cliché. 

Así que ahora nos toca a nosotros, el público. Nos toca a todos demostrar que lo que queremos son buenas historias y personajes bien desarrollados, que estamos muy por encima de otras cuestiones como la raza, el sexo o la orientación. La pelota está en nuestro campo.

jueves, 23 de octubre de 2014

La hora de la Viuda Negra

Desde hace unos años ya, lo que se ha dado en llamar el Universo Marvel Cinematográfico lleva dando alegrías al público (y a la propia Marvel) con una serie de películas de superhéroes ambientadas todas en la misma línea temporal, con notable éxito de público y crítica. Dejando de la lado la oscuridad deconstructiva de su rival DC, las películas de Marvel se han caracterizado por tener un aspecto en general bastante colorido y un tono principalmente optimista, a ratos hasta humorístico.

Como digo, las peliculas conforman una especie de universo paralelo al de los cómics y por lo tanto los mismos personajes entran y salen en diferentes películas: quizás en una el protagonista es Iron Man, pero Ojo de Halcón hace un cameo, o también Hulk. Todos ellos se reúnen y comparten el foco en Los Vengadores, que es algo así como la gran saga unificadora, pero al mismo tiempo, casi todos ellos tienen pelicula "en solitario". Hay una excepción notable: Natasha Romanova, alias la Viuda Negra.

La explicación oficial de Marvel de por qué no tiene peli propia es un tanto nebulosa. Hay algún guión fantasma rondando por ahí, hay susurros y teorías, pero de momenta todo son castillos en el aire. Kevin Feige, el presidente de Marvel Studios, ha ido entre tanto justificándolo con alguna que otra explicación cuando se le preguntaba por esto. Les parece más interesante verla relacionarse con sus compañeros, no tienen aún un guión que les convenza; o la más rocambolesca: dado que ya ha ha participado de forma prominente en varias pelis y tiene cierta fama, ya no se les reconocería el mérito por dedicarle una película en solitario. No, yo tampoco entiendo el razonamiento.

Sin embargo, la impresión que da es que, en la sombra, aunque nadie lo diga oficialmente, la causa real quizás es el conocido mito de Hollywood que afirma que las películas de acción protagonizadas por chicas no venden. En la década de los '00 hubo varios intentos protagonizados por actrices de primera fila, y efectivamente, todas se pegaron una considerable hostia en lo que a crítica y público se refiere. Ultraviolet, Elektra, Aeon Flux, Catwoman... Si he de ser sincero, aún reconociendo que ninguna de estas películas puede ser calificada de "buena", opino que todas ellas tienen sus cualidades reivindicables.

Pero eso es tema para otro artículo: hoy voy a hacer una lista de las cinco razones por las que opino que el cliché de que las chicas y la acción no funcionan en taquilla es completamente falso, y que en concreto una peli de la Viuda Negra bien realizada es completamente capaz de funcionar en taquilla. Y sin más rodeos, empezamos.

"¿Sólo cinco? Si me pongo yo a pensar me salen como mínimo cien"

1. Los fracasos en taquilla de muchos de esos intentos pasados se debieron en gran parte a unos guiones pobres.

Como digo, cada una de aquellas pelis tenía en mi opinión algo para reivindicar, pero es innegable que todas sufrían de unos guiones flojos, flojos. Catwoman, como entretinimiento palomitero, era divertida y no se tomaba nada en serio a sí misma, pero era bastante ridícula. Ultravioleta no tenía pies ni cabeza y el guión era más delgado que la cintura de Milla Jovovich, pero el diseño de producción era fascinante, básicamente una muestra de forma sin ningún fondo. Elektra contaba con un guión muy descompensado pero con apuntes interesantes (como curiosidad, supera sin despeinarse el test de Bechdel y deja la trama romántica muuuuy en segundo plano, una rareza), y una interpretación de Jennifer Garner sobria pero con ciertos matices. Etcétera. En fin: ninguna era material de blockbuster veraniego, y el público, pese a todo, sí que le exige un poco más a su pasatiempo palomitero.

2. También han fracasado películas de acción protagonizadas por hombres... 

...y eso no hizo pensar a nadie que los hombres eran veneno para la taquilla. Aquí entra en juego cierta tendencia a considerar que las cosas relacionadas con una mujer tienen valor universal, mientras que lo contrario describe específicamente a un caso ("Menganita se comporta de determinada manera: es que las mujeres son así", versus "Fulanito hace tal cosa: es que él es asi"). Superman tuvo un par de secuelas que nadie quiere recordar, y no hace tanto un reboot/secuela que tampoco funcionó como la productora esperaba. Pero aún con todo unos pocos años más tarde volvieron a intentarlo con The Man Of Steel. Las críticas fueron variadas: 56% de aprobados en el agregador de críticas Rottentomatoes.com, que hace una media estadística de todas las críticas que encuentra por internet. Hulk ha tenido ya dos oportunidades separadas en espacio de sólo cinco años (!!!!) y ninguna cuajó verdaderamente entre crítica y público. En su última aparición en un puñado de años, ya cuenta con su tercer actor, en la peli de Los Vengadores. Linterna Verde naufragó en 2011 pese a contar con un actor tan popular como Ryan Reynolds como cabeza de cartel. Lobezno tuvo un primer spin-off que recibió una acogida bastante tibia, lo cual de nuevo no impidió que se le diera una nueva oportunidad poco después (esta vez con un resultado mucho mejor, todo sea dicho). Pues no, a la vista está que los del equipo XY no estamos automáticamente a salvo del fracaso, pero sí tenemos el beneficio de las segundas y terceras oportunidades, y de la no generalización.

No hay más que ver la cara de cabreo que se les quedó a todos

3. Existen un buen puñado de precedentes de películas y series de acción de éxito protagonizadas por chicas. 

¿A alguien le suena de algo Alien y la teniente Ripley? ¿Lleva alguno la cuenta de las secuelas de Resident Evil que van ya? ¿Recordáis a Buffy la cazavampiros, a Xena la princesa guerrera, a la femme Nikita, a Sydney Bristow de Alias? Pues sí: la historia nos demuestra que cuando pones a una actriz competente y con carisma al frente de un guión atractivo, las cuentas cuadran y el público entra. Lo que nos lleva al siguiente punto, y entramos ya en razones más concretas para pensar que una pelicula específicamente de la Viuda Negra es viable.

3. Scarlett Johansson. 

La actriz que encarna a a Viuda Negra no es una cualquiera. A un talento interpretativo demostrado ya en varias ocasiones y en varios registros (la adolescente en un momento de transición de Ghost World, la melancólica inmigrante de Lost in Translation, la choni con pretensiones de Don Jon, la estudiante desgarbada de Scoop, la voz incorpórea de Her...), se suma una cualidad personal difícil de encontrar y de medir: un enorme carisma. SJ desprende un potente magnetismo y es capaz de dotar de interés casi con su sola presencia a cualquier personaje. Si hay alguien en cuyas manos puedes poner el futuro de un blockbuster, es ella.

4. El éxito de la reciente Lucy.

La película desde luego no inventa la pólvora, y al guión se le pueden achacar unos cuantos defectos, quizás el peor de los cuales que a los pocos minutos de empezar, el espectador se vea ya incapaz de identificarse con su protagonista. Sin embargo, un director capaz de dotar de gancho y ritmo a la peli y una actriz como la que acabo de describir, son capaces de sacar el conejo de la chistera y acabar dándonos una de las pelis de acción más divertidas y carismáticas de este año. Quizás definirla como "de acción" es un poco inexacto, pero en definitiva lo que importa es que el público diana es básicamente el mismo, así que la peli funciona como un ensayo enmascarado de Black Widow: The movie. Y a la vista está que el ensayo ha aprobado con nota.

"Más te vale que des luz verde a mi peli ya, Kevin"

Y aquí lo dejo. Pese a todo, teniendo en cuenta el rendimiento comercial tan bueno que está teniendo el Universo Marvel Cinematografico, tengo la sensación de que no es tan difícil que se animen por fin a hacer la peli de marras antes o después. Con suerte los números cuadrarán, y eso animará a otras productoras a intentarlo también... Y quizás el mito al que hacía alusión al principio de la entrada irá cayendo en el olvido, con lo que podremos ir teniendo un poco más de variedad en la representación en el cine. Y es que cada vez que exterminamos un mito estúpido, damos un paso más hacia delante.

jueves, 24 de abril de 2014

Derecho de admisión en los dibujos animados

Recientemente, el animador, director y productor Giancarlo Volpe (podéis seguirle en su cuenta de Twitter @Giancarlo Volpe) publicó en su página de Tumblr un interesante cómic en el que explicaba la trastienda de la creación de su serie Linterna Verde: la serie animada (Green Lantern: The Animated Series). En este pequeño cómic, que a continuación podéis leer traducido, se pueden observar una serie de cosas que llaman la atención. El cómic relata el desarrollo de un grupo focal o focus group en inglés, un tipo de estudio de mercado en el que tras proyectar al público diana un capítulo o película, durante el cual los asistentes indican con un mando lo que les va gustando y lo que no, se les hace a continuación una entrevista dirigida y se observan sus reacciones y opiniones.

A continuación os dejo con el cómic (se amplían las imágenes haciendo clic):











El cómic tiene bastante que rascar. En principio parece confirmarse que estadísticamente las niñas prefieren los contenidos "emocionales" y los niños los de acción. Sin embargo, me surgen algunas dudas. El hecho que de que la emoción de ambos vaya en aumento de forma pareja hasta llegar al clímax del capítulo me hace pensar que quizás, aunque objetivamente muestren una predilección o rechazo por cada uno de los tipos escena, la conjunción de ambas cosas les está implicando en lo que ven. Por otro lado, no sé hasta qué punto se puede descartar la presión grupal en una proyección colectiva como esta, y que la gente gire el dial según lo que sienten que "debe" gustarles.

La conclusión final del cómic y del propio Giancarlo Volpe es que este tipo de estudios dan unos resultados muy manipulados y poco fiables, pero hay otro elemento más que llama mucho la atención: si bien los grupos de niños están segmentados por grupos de edad, a las niñas las juntan todas en un mismo grupo. Sí: al parecer, para los estudiosos del marketing televisivo, es igual una niña de siete años que una de once (!). El cómic no entra en detalles, pero además parece deducirse que si esto es así, por tanto entre el público habría muchas menos niñas.

Este sesgo tan evidente y llamativo revela bastante sobre la industria de la televisión y sus opiniones sobre el público. En general, existe la creencia, de la que ya he hablado antes, de que las obras de ficción protagonizadas por chicas son percibidas como "para chicas" y espantan a los chicos, mientras que aquellas protagonizadas por chicos son para todo el mundo. Por tanto, no sólo se procura que el protagonista sea un hombre, sino que además se procura que la proporción de mujeres sea inferior sensiblemente (existen estudios que demuestran que si el número de chicas y chicos es equilibrado, la audiencia al parecer percibe el número de chicas como mayor, lo que demuestra hasta qué punto está acostumbrado a que las chicas sean la minoria). Casi siempre esto se traduce en la presencia de una única chica en un grupo de amigas, quizá dos como mucho (y entonces lo típico es que una será tradicionalmente femenina y la otra más mas viril).

La banda del patio

Al parecer, gran parte del miedo de las productoras por gustar "demasiado" a las niñas proviene de la percepción, supongo que también contabilizada estadísticamente, de que las niñas no compran muñecos. Y no nos vamos a engañar: el objetivo final de cualquier peli, serie o dibujos dirigidos a niños es vender todos los juguetes posibles. El problema es que es difícil saber si esta creencia tiene una base real, o si es lo que a veces se conoce como "profecía autorrealizada" o "Efecto Pigmalión": su poca fe en que las niñas comprarán muñecos femeninos hace que no saquen éstos a la venta o si lo hacen no los publiciten adecuadamente, con lo que finalmente ellos mismos están provocando que se cumplan sus predicciones negativas.

Mi opinión es que, finalmente, la mayor parte del público responde positivamente cuando se le ofrece algo de calidad y los altos cargos al mando le dan un verdadera oportunidad de tener éxito. Realmente da igual si dicha obra está protagonizada por un chico, una chica o un robot. A lo largo de la historia reciente ha habido un montón de obras de ficción protagonizadas por chicas que han triunfado sin ningún problema (a bote pronto me vienen a la mente los éxitos masivos de Los juegos del hambre o Frozen), así como casos de lo contrario. El verdadero problema creo que está en que los que se encargan de tomar las grandes decisiones, los que  levantan o bajan el pulgar, muchas veces se siguen aferrando a creencias que el tiempo ha ido desmintiendo...

Con suerte, el tiempo también les irá cambiando a ellos, antes o después. Esperemos.

"¿Me estás llamando anticuado?"

Esta entrada está basada en en este artículo de The Mary Sue. Gracias a Giancarlo Volpe por dar su permiso para traducir y publicar el cómic aquí, y a Andrés por su ayuda con la parte técnica al encajar los textos para la traducción.