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jueves, 5 de julio de 2018

¿Quién debería hacer los papeles de transexual en el cine?



Estos días la actriz Scarlett Johansson provocaba la polémica al anunciarse que había sido elegida para hacer el papel de Dante Gill, un hombre transexual, en la futura película Rub & Tug. Numerosos miembros de la comunidad transexual se han quejado de que este papel se lo quede ella, una mujer cisgénero (a todas estas carente del menor parecido con la persona real, pero no es nada raro en Hollywood). Esta polémica no le pilla exactamente de nuevas, porque ya hace unos años tuvo que enfrentarse a críticas similares cuando interpretó a la Teniente Kusanagi, una cíborg japonesa, en Ghost In The Shell. ¿Qué hacía una mujer caucásica haciendo el papel de una japonesa? En aquella ocasión el asunto de ser básicamente un robot le vino como anillo al dedo, ya que tenía la excusa perfecta para justificar su apariencia... Más incongruente si cabe teniendo en cuenta que la peli estaba ambientada en Japón, y parece de lógica que los creadores de la cíborg harían un cuerpo parecido a lo que abunda en su país es decir, una mujer asiática. (Como efectivamente hacen ya: busca en Google imágenes "robot japonesa"). El caso es que la respuesta de Scarlett Johansson fue bastante desafortunada: que les preguntaran a los representantes de Jeffrey Tambor, Jared Leto y Felicity Huffman (todos ellos actores cis que han interpretado a personajes transexuales).

No hace mucho el actor Paco León se veía en una polémica similar en el mundo hispanohablante, cuando la saltó la noticia de que haría el papel de transexual en la serie para Netflix La casa de las flores. Igual que ha ocurrido esta vez, en esa ocasión las secciones de comentarios de gran parte de los medios, incluso de algunos en teoría dirigido a un sector más progresista, se llenaron de variantes del mismo comentario. Básicamente: Si los actores interpretan papeles de cosas que no son realmente, ¿por qué una persona cisgénero no puede interpretar a una transexual? Esta pregunta, según el grado de conservadurismo y hasta diría rencor del comentarista, puede ir acompañada de un comentario desdeñoso sobre cómo ahora las minorías se quejan por todo, y de que si no habíamos quedado en que todos éramos iguales y merecíamos los mismos derechos, y que siendo así por qué tenían que acaparar los transexuales estos papeles. Algunos incluso añaden de coña si también se van a ofender los elfos y los xenomorfos de Alien porque sus papeles los interpreten humanos, u ordenadores. A este último comentario ni voy a responder porque... en fin, no hay mucho que explicar, ¿no?


El representante del sindicato de actores aliens expresó su malestar por la situación

Pero lo otro merece una reflexión, la cual se han encargado de hacer ya algunas de las escasas actrices transexuales de perfil ligeramente alto que trabajan a día de hoy en la industria. Bien: imagina por un momento que eres transexual, y tu carrera es la de actor. Haces papeles en pequeñas producciones de teatro. A veces te llaman los productores de alguna serie policíaca para que hagas de prostituta transexual que aparece muerta al poco rato. Cuando se hace un casting para una comedia romántica comercial, seguramente ni se te ocurre presentarte (porque que te llamen o te envíen el guión directamente no va a ocurrir nunca). Porque, ¿qué ocurriría si te presentaras al casting? Ningún director pondría estas palabras por escrito ni las reproduciría con un micrófono cerca, pero evidentemente te descartarían de inmediato, porque lo que querrían es... elegir a una mujer cisgénero, solo que no usarían ni pensarían en esta palabra. En definitiva: de los personajes cisgénero olvídate, porque a ti no te van a coger.

Ah, pero entonces sale el casting para interpretar a la transexual Lili Elbe, de La chica danesa. Pero finalmente cogen al actor cis Eddie Redmayne. Y también el cásting para Transamerica, preciosa peli de 2005 sobre una mujer transexual que ejerce de figura materna para un chico, pero al final cogen a la mujer cis Felicity Huffman. O quizás hay un papel de transexual en Dallas Buyers Club, pero al final eligen para él al actor cis Jared Leto. ¡Mira! Van a hacer una serie sobre un transexual que es padre de familia, Transparent! Qué oportunidad tan buena para lograr un papel de primera línea en una producción de calidad, ¿eh? Pero no: al final cogen a Jeffrey Tambor, un hombre cis.

¿Observas una pauta?

La actriz Daniela Vega en Una mujer fantástica, una de las escasas excepciones a la regla
Como guinda del pastel, todos estos actores recibieron premios y alabanzas por sus respectivas pelis y series. Y tú, actor o actriz transexual, cómo te quedas? Pues te quedas sin papel, porque cuando los papeles son de personaje cisgénero a ti te descartan, y cuando son de personaje transexual, también te descartan y además te dicen que no seas intolerante, que los actores son intérpretes y por tanto todos pueden hacer de todo. Así que tampoco te cogen, y cogen a Scarlett Johansson, a Jared Leto o a quien sea. Y pobre de ti como te quejes. Pero, ¿quién estaba ahí para decir la famosa frasecita de que los actores pueden hacer cualquier cosas cuando te descartaban a ti por tu circunstancia? No sé tú, pero yo estaría un poco cabreado.

Y más me cabrearía cuando viera que los actores cis, haciendo estos papeles, consiguen nominaciones, premios y aplausos, y encendidas alabanzas sobre lo mucho que están ayudando a la comunidad transexual. Porque un papel de transexual es una perita en dulce para todo actor que desee dar el do de pecho e hincharse a ganar premios. Y ahí estás tú, parte de dicha comunidad a la que están "ayudando", metido/ a en casa sin trabajar y consiguiendo papeles únicamente de pascuas a ramos, porque los papeles que tú mejor que nadie entenderías y que hablan de tu historia se los quedan esos actores. Pues sí, mira, es un poco para cabrearse, y que encima te saquen la carta de la "igualdad" para callarte es para encenderse más aún.

Scarlett Johansson me parece una fantástica actriz, y probablemente haga un gran papel. Los otros ejemplos que nombro en la entrada fueron también grandes interpretaciones (bueno, de Transparent no puedo opinar porque no la vi, pero se decían cosas buenas de ella); y estoy seguro de que en todos los casos los actores involucrados tenían las mejores intenciones respecto al colectivo transexual. Es más, seguro que con esas películas y series han puesto su granito de arena para luchar por los derechos de la comunidad transexual. Pero dicho esto, si de verdad les importan, ¿no deberían ponerse un poco más en su piel y pensar en cómo se sienten al ver que nunca son ellos quienes pueden contar su propia historia? Y tú, ¿cómo te sentirías si unos productores japoneses rodaran una peli sobre la guerra civil protagonizada por actores japoneses tratando de imitar acento castizo?

Termino la entrada con este enlace donde se pueden leer directamente las palabras de dos actrices transexuales al respecto, Jamie Clayton, Nomi de Sense8, y Trace Lysette, de Transparent, en Twitter.

martes, 28 de noviembre de 2017

La revolución sexual: OT 2017 como reflejo de una generación



 Anoche la gala de Operación Triunfo fue como una explosión de visibilidad y normalización LGBT. Marina, una de las concursantes nominadas a la expulsión, recibió la visita de su madre y de su novio, Bastian, un chico transexual. Este ya se había dado a conocer unas semanas antes, desde que se le pudo ver en un video que envió a Marina durante uno de los programas de El Chat que se emiten tras la gala, y había sido objeto de varias críticas en las redes sociales (a las que respondió con gran aplomo y  elegancia). Durante su breve reencuentro, Marina y Bastian intercambiaron varios besos apasionados, y la cámara lo recogió todo fielmente, sin el menor amago de camuflar nada. Para más inri, el novio de Marina aprovechó la oportunidad para dar más visibilidad aún al colectivo trans con su ropa, y eligió una camiseta revindicativa así como unos tirantes con la bandera del arco iris.

Podéis contactar con él para consegir una en su perfil de Twitter


¿Fue una pura sucesión de casualidades o se alinearon los astros? Porque lo cierto es que toda la gala fue como una pequeña celebración del Orgullo Gay desde su mismo principio, cuando los concursantes intenterpretaron a coro La revolución sexual, la icónica y eufórica canción de La Casa Azul sobre la libertad sexual y el abrirse a la posibilidad de ser feliz, que sin duda es todo un himno gay. Poco después venía este inolvidable momento del reencuentro de Marina y su novio, y un poco más adelante, Agoney interpretaba Rise Like a Phoenix, aquella eurovisiva canción que hablaba de superación personal y que interpretaba la drag queen Conchita Wurst. Curiosamente, esta misma semana TVE había sufrido críticas por un corte en la emisión que se producía, de manera sospechosa, mientras Los Javis, los profesores de interpretación, daban una charla sobre la libertad sexual, al hilo de la canción con la que iban a abrir la gala. Noemí Galera y otros miembros del programa juraron que había sido una mera casualidad, y lo cierto es que hay que creerles, porque el video se pudo ver después recopilado en YouTube; y después de una gala como la de ayer, no sé si debemos agradecérselo a  TVE o a Gestmusic, pero el caso es que este OT no es el mismo que el de 2001.



Y es que el germen de lo que pasó ayer ya estaba en el mismo casting del programa. Los chicos seleccionados este año conforman una pequeña muestra sociológica que siento que representan lo mejor de la generación millennial. En la academia conviven personas de orientaciones variadas, y exceptuando algún roce típico de la convivencia, la tónica general es de armonía, risas y apoyo mutuo. Esta es la primera generación que ha nacido con un montón de referentes LGBT positivos en los medios, con unas leyes cada vez más encaminadas hacia la igualdad, y rodeados de una sociedad que cada vez más valora la diversidad y el respeto a las minorías como uno de sus valores básicos. Y todo esto se nota... Esta es la generación en la que ya no es sorprendente que en un grupo de amigos haya personas de todas las orientaciones sexuales, sin ser imprescindible la tradicional segregación; la generación donde la YouTuber más popular, Dulceida, está casada con una chica. Pero digo que representan lo mejor, porque si bien  todo lo anterior es cierto, es verdad también que en esta generación se está viviendo un lamentable e incongruente repunte de las actitudes machistas. ¿Son posibles ambas cosas a la vez? Por la razón que sea, parece que sí. El resultado del casting de OT 2017 nos ha traído a un grupo de gente muy diverso y valioso, no sólo en términos de capacidades artísticas sino también de calidad humana. Por su parte, la directora Noemí Galera y el resto del equipo queda también claro que tienen toda la intención de seguir apostando por este camino, y ya si otra semana pudiéramos ver algo aún más infrecuente,como una balada de amor cantada a dueto por dos concursantes del mismo sexo, sería para tirar fuegos artificiales. Estoy ansioso por ver las reacciones ante lo ocurrido ayer, y sólo nos queda esperar que el programa nos siga regalando más y más momentos así.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Qué es y qué no es la libertad de expresión



Esta semana la cosa ha estado movida. A causa del famoso autobús de HazteOir.org, ha habido un intenso debate social y un cruce de acusaciones. No nos pilla de sorpresa: si algo tiene nuestro país es una profunda e invisible zanja divisoria que lo parte en dos, y son situaciones como estas las que hacen que cada uno revele sus colores.

La situación se agrava si tenemos en cuenta que estamos en un momento de profundos cambios sociales, y estas cosas rara vez son una balsa de aceite. Es de libro: cuando se trata de cambiar algo, aparecen las resistencias. A medida que las voces en favor de la igualdad, en contra de la homofobia, el machismo, etc., están cada vez más presentes, aquellos a quienes molesta esta corriente también se revuelven más, y sí, efectivamente, se "hacen oír". Vaya que si lo hacen.

Y así, como era de esperar, ante la avalancha de críticas y las prohibiciones de circular, surgió el típico argumento de que el "lobby gay" estaba "coartando su libertad de expresión". Entremos de lleno en el fango y analicemos el asunto desde su base.

El autobús. El texto completo dice así: "Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombres. Si eres mujer, seguirás siéndolo". Por dónde empezar. En primer lugar me llama la atención ese tono autoritario y casi amenazador que emplean: si eres mujer seguirás siéndolo. Casi les puedes ver apuntándote con el dedo, mientras vigilan atentamente no vaya a ocurrírserte algo como pensar o sentir por ti mismo, válgame dios. Por otro lado, los autores de la campaña, en todo caso, parecen no saber mucho sobre biología, o en todo caso tienen una visión bastante reduccionista de la misma. Al parecer desconocen por ejemplo la existencia de la intersexualidad, esos casos en los que la persona nace con unos órganos sexuales que se han quedado a medio camino del desarrollo de las dos posibilidades. Es un secreto bastante bien guardado que no es algo tan infrecuente como se cree. A menudo en estos casos médico y familia "deciden" de qué sexo se va a considerar oficialmente al niño/a, y toman las medidas oportunas, mientras la persona protagonista, por razones obvias, no tiene voz ni voto en la decisión... Pero claro, jugárselo a cara cruz tiene el riesgo de que el principal interesado, cuando en el futuro adquiera más consciencia de sí mismo, pueda no estar de acuerdo con la decisión que se tomó por él. Y entonces quizá resulte que esa niña, sin comerlo ni beberlo, tenga pene, y viceversa. 

En cualquier caso no es necesario en absoluto que la intersexualidad esté implicada para que una persona efectivamente sienta que no le corresponde el sexo biológico con que nació. La naturaleza no tiene esos bordes rectos y precisos que a tanta gente le gusta atribuirle, es compleja y contradictoria, y como tal no se manifiesta con la simpleza de la informática, donde sólo hay ceros y unos. La cuestión que parecen no entender los responsables de HazteOír es que la transexualidad, como tantas otras cosas, es una experiencia profunda y completamente personal: sólo quien lo es sabe lo que se siente. Nadie, repito, NADIE, puede venirte y decirte a la cara que eso que tú sientes es "un engaño", y que en realidad eres lo que esa persona quiere que seas. Queda por saber quién desearía "engañar" a un niño/ y hacerle creer que su sexo biológico y mental no coinciden. "Hummm, tengo una idea, me apetece decirle a Paquito que en realidad es Paquita. Será fantástico exponerle a todo tipo de problemas sociales, y a un largo y complejo proceso. Qué gran idea". Queda por saber por qué creen que se puede incrustar en la mente de alguien que en realidad él o ella no lo sabía, pero que en realidad era transexual (porque por supuesto esto no es una cosa que haya existido siempre, incluso en las épocas más conservadoras y agresivas con la diferencia; esto es algo que el "lobby gay" inventó repentinamente, cual conejo sacado de chistera). Queda por saber si esta organización tiene un mínimo rastro de empatía.

En un gesto que me resulta hermoso y esperanzador, gran parte de la sociedad ha puesto el grito en el cielo, y el autobús de marras ha sido retenido. Los de HazteOír, sin embargo, no se amilanan, y amenazan con aumentar la flota y denunciar a su vez al ayuntamiento de Madrid por haberles detenido. Y llegamos al plato fuerte: se quejan de que se está coartando su libertad de expresión. El Argumento, así con mayúsculas, el favorito de los todos aquellos que pretenden frenar y suprimir las libertades sociales que no les convienen. La libertad de expresión, esa carta blanca que en teoría permite decir impunemente lo que a cada uno le parezca.

No. Esto no es libertad de expresión. Expresar ideas destinadas a coartar la libertad de los demás no es "libertad de expresión". Fomentar el odio no es "libertad de expresión". Enorgullecerse de los propios prejuicios y tratar de expandirlos, como un virus, por el resto de la sociedad, no es "libertad de expresión". Y no nos engañemos, por favor. La transfobia, la LGTBfobia en general, la xenofobia, cualquier tipo de fobia irracional a un grupo de personas que no te han hecho ningún daño, matan. Esto no es una opinión, esto es un hecho, y quien no lo sepa es porque no lee noticias ni quiere enterarse de las cosas que ocurren en el mundo. Dar a la gente la posibilidad de identificarse con el sexo que sientan como propio no daña a nadie; extender la idea de que esta realidad no existe y que las personas que viven en ella son inferiores y/o están equivocadas, crea el caldo de cultivo que provoca dolor y en ocasiones muertes en todo el mundo. Promover el dolor, el acoso, la marginación y el asesinato NO ES LIBERTAD DE EXPRESIÓN.

Y después de este mal rato, para quitarnos el mal sabor de boca, propongo olvidarnos de ese autobús lleno de odio y maldad, y quedarnos con este otro, que tiene unos cuantos años ya pero que sólo transmite buen rollo.



Never ever forget that / I got you, and you got me, so / reach up for the stars...

miércoles, 26 de agosto de 2015

2015: el año TRANS

Si tienes la mirada puesta, aunque sólo sea de soslayo, en el mundo que te rodea, lo habrás notado. Algo está pasando. La tierra está temblando, y en el paisaje empieza a perfilarse cada vez más algo que hasta ahora estaba en la bruma.

Cuando digo "en la bruma", quiero decir en el ámbito de la marginación, de la burla, del chiste. El colectivo trans está progresivamente entrando en la conciencia colectiva como algo digno de ser respetado, y este 2015 que se acerca a su último cuatrimestre parece haber sido un punto de inflexión.

Roma no se hizo en un día, reza el dicho, y con los derechos, la visibilidad y la imagen del colectivo trans ocurre lo mismo. Evidentemente todos los logros que se van consiguiendo no caen del cielo y son fruto del trabajo y el valor de mucha gente.

Carla Antonelli, la primera mujer transexual en acceder a un cargo de representación parlamentaria en España

Ya el año pasado cobró cierta popularidad la serie Transparent, donde se relataba cómo la vida de una familia se veía trastocada por la transición de hombre a mujer del padre. Sin embargo no dejaba de ser una serie hasta cierto punto minoritaria, y además por lo que he sabido gran parte del drama  giraba en cómo afectaba a los demás la transexualidad del padre, lo cual le quitaba un poco de fuerza al poder de la serie para fomentar la empatía con el personaje (si vas dedicar tu obra al drama de una persona, deberías en primer lugar centrarte en cómo lo vive dicha persona, y ya en segundo lugar de qué manera eso afecta a su entorno, y no al revés). Por otra parte, el personaje en cuestión, como viene siendo la norma en la industria de la ficción, estaba interpretado por un hombre cisexual (es decir, no transexual), con lo que de nuevo se perdía una oportunidad de oro de darle voz a este colectivo tradicionalmente relegado a papeles de prostituta, secundaria graciosa y demás.

Sin embargo, quién sabe si de alguna sutil manera esta serie ayudó a crear el ambiente apropiado para lo que vendría después, en este año 2015: la irrupción en la cultura popular de una persona que brillaría con luz propia, y que de forma totalmente inesperada, se transformaría en un referente, y pondría cara a todo un colectivo. Una persona que cambiaría la percepción del gran público de lo que es una persona transexual, y se convertiría en eso que llamamos un icono.

Hablo, por supuesto, de Caitlyn Jenner. 

El salto definitivo fue esta icónica portada para Vanity Far.

Nacida como Bruce Jenner, hasta el pasado año toda su fama se debía a sus logros como atleta, ganando el oro en la disciplina de Decatlón de las olimpiadas de 1976. Bueno, a eso y al reality Keeping Up With The Kardashians, en el que se cuentan en formato de "serie" las idas y venidas de la familia Jenner-Kardashian. La familia Kardashian no es precisamente conocida por haber cambiado el mundo con sus brillantes mentes, y el reality desde luego no es más que el típico escaparate donde presenciar ese mundo de riqueza al que la mayoría nunca accederemos. Sin embargo, la popularidad de este reality ha servido de trampolín para la historia personal de Caitlyn, y si no hubiera sido por la existencia de este programa y de su éxito continuado durante años, la transición de Caitlyn nunca habría logrado tanto eco mediático. Si en vez de provenir de una familia de estrellas de la prensa rosa Caitlyn hubiese sido, qué se yo, filósofa o astrónoma, nunca nos habríamos enterado de su transición y el gran público no se habría visto expuesto de semejante manera a la realidad transexual. Así que ya ves: nunca desprecies el poder de la cultura popular para cambiar la sociedad. 

Actualmente Caitlyn Jenner tiene su propio reality, I Am Cait, y así, de repente, tenemos una especie de versión más palomitera y menos sesuda que la anteriormente citada serie Transparent, con lo que el proceso de penetración en la conciencia popular sigue su curso. Y aunque digo que no deja de ser un reality para todos los públicos, quiero que quede constancia de que, por lo que he leído, además de los típicos elementos televisivos, la serie sí está tratando el tema con seriedad, y el punto de vista nunca es extraer comedia o morbo de Caitlyn como persona transexual, sino meterse en su piel y explorar el mundo desde su punto de vista.



Lo que desearía resaltar de toda esta historia es que Caitlyn Jenner no sólo ha puesto nombre y apellido a una realidad poco conocida para la mayoría, sino que, sobre todo, ha cambiado la percepción de mucha gente ante esta realidad. Ha cambiado la cultura, nada menos. Mucha gente, al ver de primera mano los sentimientos y las situaciones a las que se enfrenta Caitlyn, ha podido empatizar con ella, y es así como la sociedad puede dar pasos de gigante: cuando el objeto de las burlas, el morbo o la curiosidad se convierte en sujeto de su propia historia para que los demás la escuchemos. El cambio social que ha puesto en marcha esta mujer es del tipo de los que hacen que determinadas bromas pasen a ser consideradas intolerables y de mal gusto. Y así es como saltó la polémica en las redes sociales cuando, de cara al próximo Halloween, algún listo de pocos escrúpulos puso a la venta un disfraz de Jenner. Eso sí, si leeis los "inspirados" comentarios de la noticia en El Mundo, veréis que aún queda un largo camino por recorrer. 

Y es que, como cualquier colectivo tradicionalmente marginado, los transexuales hacen frente a su propio subgrupo de insultos, mitos y muestras de ignorancia. En esa misma sección de comentarios se puede leer a uno diciendo que como mujer ha quedado "fea"...como si su objetivo hubiese sido conseguir más belleza. Hale, pues ya está, si la naturaleza no te hace muy agraciado, cámbiate de sexo, que es una forma súper rápida y sencilla de estar más guapo y no te trae ningún problema. ¡Cómo no se nos había ocurrido antes! El próximo año, en lugar de ponerse bótox, los famosos van a empezar a cambiarse de sexo en masa para estar más atractivos, ya lo estoy viendo. Otro tiene la lúcida teoría de que Jenner se cambió de sexo para lograr más notoriedad y conseguir dinero. Claro que sí, hombre, uno se embarca en algo tan carente de problemas y facilón como cambiar de sexo por ganar dinero. No hay más que ver a todas esas transexuales millonarias que vemos por la calle  conduciendo ferraris. Otros comparan vestirse de monja o cura en general con vestirse de una persona en concreto, y no ven dónde está la burla en hacerlo y además poner el disfraz de marras a un modelo particularmente viril, por si no queda suficientemente claro que el objetivo del disfraz es burlarse de la famosa por su transexualidad como algo intrínsecamente ridículo.

En fin. Para acabar la entrada, dejo aquí este vídeo donde una chica transexual mexicana, Victoria Volkóva, hace un recuento de todas las preguntas y comentarios chorras que está hasta el gorro de escuchar. Vale la pena verlo, para reírse un rato, para pensar y abrir la mente... y para sentir una cierta vergüenza al darte cuenta de que sí, muchos hemos estado ahí y alguna vez hemos dicho algo por el estilo. Nunca se deja de aprender.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Unique y la dificultad de encajar

En el episodio The End of Twerk de la serie Glee, emitido el pasado 14 de noviembre, se decidían por fin a tocar un delicado tema que merecía ser tratado desde la introducción del personaje de Unique: las situaciones a las que se enfrenta un adolescente transexual en un medio a menudo tan hostil como es el instituto. La serie no se caracteriza precisamente por su realismo, y gran parte de las veces simplemente convierte en comedia temas serios (para luego, arbitrariamente, tratarlos seriamente unos capítulos más tarde), y otras los resuelve de formas un tanto fantasiosas. El personaje de Unique, hasta ese día, había  participado en tramas principalmente ligeras.

Pero era difícil creerse que un adolescente transexual pasase sus estudios en el instituto sin ningún problema. La historia de Wade Adams, Unique, no es de las más frecuentes en el mundo de la tele. Ante el miedo a ser él mismo y enfrentarse el público como cantante, decidió inspirarse en sus ídolos Kurt y Mercedes y adoptar la identidad de Unique, una chica, creando una personalidad para ella: una diva de fuerte personalidad que no se achanta ante nada. Con el paso de los episodios, fue quedando claro que Unique no es exactamente un "personaje" creado por Wade, sino que es su verdadero yo. Su cuerpo quizás sea el de un chico, pero la realidad es que es una mujer.

Como digo, hasta este capítulo todo había consistido básicamente en que Unique actuaba con su ropa de chica y su peluca, y exhibía una personalidad un tanto estereotipada de "chica negra descarada". Sin embargo, llegado este capítulo, se retratan por fin los problemas de Unique, usando como punto de partida un problema muy simple y muy concreto al que se enfrenta cotidianamente un transexual: ¿a qué baño debería ir? Ella evidentemente prefiere el femenino, pero claro, corre el riesgo de encontrarse con una chica que no entienda qué hace un supuesto chico ahí.



Y al entrar, resignadamente, en el de los chicos, la cosa va a peor: un grupo de chicos que estaban dentro inmediatamente se sienten amenazados por su presencia (amenazados a nivel, ummm, filosófico, digamos). Tras burlarse de ella y quitarle su peluca, se marchan entre risas, dejando a la pobre Unique en un rincón hecha polvo. Y es entonces que empieza a cantar una emotiva interpretación de "If I Were a Boy", de Beyoncé.

La interpretación desde luego es hermosa, y transmite la sensación de desolación de Unique ante su situación y su desamparo al encontrarse en tierra de nadie, pero tengo que decir que la canción realmente no tiene demasiado sentido en el contexto de la trama, y bueno, la verdad, es bastante sexista en sí misma. Casi daría para dedicarle una entrada para ella sola, con frases como "si fuera chico, bebería cerveza con los colegas y ligaría con las chicas", o "me inventaría las reglas sobre la marcha, porque sabría que ella me sería fiel y me esperaría en casa". Ejem. Parece que quien escribió la letra vivía en un mundo aparte en el que las chicas nunca ponen los cuernos ni pueden beber cerveza. Ah, y además según la letra, si la cantante fuera un chico, ella "sabría lo que se siente al amar a una chica", porque por lo que se ve los chicos son insensibles. En fin. Ya véis que los estereotipos sexistas no son patrimonio exclusivo del machismo.

Volviendo a lo que estábamos, a lo largo del capítulo la trama va oscilando como siempre entre la comedia y el drama. En un momento dado, la directora del instituto resuelve como solución crear un baño portátil (cubierto de signos de interrogación) "unisex" que Unique pueda usar sin problemas. El baño evidentemete es ridículo, y su situación hace que sea muy violento usarlo, así que finalmente el director del coro donde canta Unique decide negociar con la directora, su enemiga, a cambio de la valiosa llave del baño de los profesores, donde por fin podrá estar a salvo.

Y es aquí cuando el director del coro dice las hermosas palabras que ponen la guinda a toda esta subtrama:



"Odio ser yo el que te lo diga, pero mientras sigas siendo tú mismo, tu vida va a ser una sucesión constante de momentos en los que no encajes. [...] Nunca deberías acostumbrarte a ello. Todos los grandes cambios provienen de gente que se negó a acostumbrarse a lo que estaba aceptado pero no estaba bien. [...] Lamentablemente no vas a cambiar el mundo en un día con un acto de rebeldía radical. Simplemente tienes que seguir buscando el sitio en el que encajas, y la gente con la que encajas; y entonces tendrás a un ejército para luchar a tu lado. Hasta que por fin el mundo sea lo bastante valiente para aceptarte tal cual eres."

Poco más que añadir. Hoy, 20 de noviembre, se celebraba el Día Internacional de la Memoria Transexual.