miércoles, 17 de julio de 2013

Desde ambos lados del arco iris

No hace falta conocer mucho sobre Rusia para saber lo difícil que es la situación allí para las personas LGTB. Recientemente se aprobaba una ley que prohibía cualquier muestra de afecto pública entre dos personas del mismo sexo, o cualquier otro tipo de "propaganda" de sexualidad no heteronormativa; y evidentemente las fiestas del Orgullo Gay, que recientemente se celebraban sin problemas en muchas otras partes del mundo, están totalmente prohibidas.

Pero en medio de las dificultades siempre han surgido grupos de personas dispuestas a enfrentarse al statu quo por lo que consideran correcto, y concretamente me voy a centrar en dos, ambos provenientes del mundo de la música pero completamente opuestos en todo lo demás: las desaparecidas t.A.T.u y el grupo punk Pussy Riot.

Desde su creación, el ya extinto grupo t.A.T.u podría ser considerado una pesadilla a nivel ideológico, ético, social... Eran dos adolescentes rusas que fingían tener una relación lésbica como truco de mercadotecnia. Su mánager, Ivan Shapovalov, admitía que la inspiración para crear la imagen del grupo le vino al darse cuenta de existía un gran mercado potencial para algo así. Se podía sacar mucho dinero exprimiendo el estereotipo morboso de dos chicas guapas, en edad escolar, besándose y posando en posturas insinuantes con sus uniformes y sus minifaldas. Sí, lo de t.A.T.u bordeaba el límite de la ética, y más aún cuando se supo que ni siquiera eran verdaderamente lesbianas, algo que de todas formas ya todo el mundo sospechaba. A todas estas, he de decir también que el grupo hacía una especie de tecno-pop melancólico y ansioso que dejó unos cuantos clásicos, como la inolvidable All The Things She Said (que hacía una curiosa denuncia de la homofobia en su vídeo), Not Gonna Get Us o Dangerous and Moving, así que el éxito del grupo, siendo justos, también tuvo que ver en parte con la música y no sólo con la polémica.

Las chicas, guionizadas por la mano de Shapovalov, protagonizaron varios escándalos, dijeron innumerables barbaridades y dividieron la opinión del sector LGTB (¿eran una representación positiva y valiente del lesbianismo, o sólo una explotación interesada del morbo?).

Pero ya ves, de entre toda esta turbiedad surgió algo valioso: actrices o no, las chicas creían de verdad en la libertad sexual y defendían los derechos de las minorías sexuales. Y así lo demostraron en mayo de 2007, cuando volaron desde Los Ángeles, donde grababan un álbum, hasta Moscú, con el propósito de participar en la manifestación del Orgullo Gay. El acto consistía en entregar un documento firmado al ayuntamiento apoyando los derechos LGTB. Varios activistas y miembros del Parlamento Europeo participaban. Sin embargo, la situación rápidamente degeneró en una batalla campal, en la que opositores de todo tipo, desde skin heads, hasta gente mayor portando cruces (!), se dedicaron a golpear e insultar a todo el que se ponía a tiro, incluidas las chicas del grupo, una de las cuales incluso estuvo a punto de ser atacada con un cuchillo.

Una vez acabada la operación, las chicas manifestaban su horror y su tristeza por todo lo sucedido, y lamentaban que su país, al que tanto amaban, diera ese espectáculo al mundo. Tampoco dejaban de comentar lo hipócrita de manifestarse en nombre de Dios y usar la violencia para ello. No es muy frecuente escuchar a un grupo de pop comercial hablar en profundidad sobre sus opiniones sociales y políticas y mojarse tanto en un tema que les puede afectar bastante (la opinión pública rusa es mayoritariamente homofóbica según las encuestas), y por eso mismo considero especialmente valioso lo que hicieron. Si quieres leer el artículo de prensa y la entrevista con ellas donde se detalla todo lo ocurrido, lo puedes hacer aquí, y desde luego creo que vale la pena. 

Unos años más tarde, en el polo opuesto del espectro musical, nos encontramos a las Pussy Riot, grupo de punk compuesto por varias chicas (la formación es variable) que se enfrentan a la clase política rusa ataviadas con sus icónicas ropas de colores y telas cubriendo sus rostros. Ellas por su parte participaron el cancelado Moscow Pride de 2011. Las Pussy Riot, con sus canciones llenas de guitarras estridentes y su estilo vocal de gritos según la tradición de las riot grrrls (grupos punk femeninos que tienen entre sus señas de identidad las letras "gritadas"), defienden el feminismo, los derechos LGTB y luchan contra las políticas de Vladimir Putin, el cual tristemente ya se ha cobrado venganza y ha enviado a tres de ellas a la cárcel por su actuación reivindicativa cantando una canción en contra de él en una iglesia. Pese a todo, las Pussy no se rinden y recientemente han publicado un nuevo vídeo atacando a las petroleras.

Desde luego, las Pussy Riot tienen poco o nada que ver con t.A.T.u, y seguramente les ofendería verse comparadas. El compromiso político y social de las guerreras de colorines es obviamente infinitamente más profundo, y donde las segundas emplearon el lesbianismo explotándolo como arma de marketing, las primeras se niegan a ser vistas como objetos sexuales y luchan por los derechos LGTB de forma "pura", sin intereses comerciales.

Sin embargo, una mano amiga siempre es bienvenida venga de donde venga, y en esta ocasión es inspirador ver que incluso personas que provienen de mundos tan opuestos pueden, aunque en momentos distintos, arrimar el hombro por una misma causa. La ley rusa ha prohibido la celebración del Orgullo Gay "durante los próximos 100 años", así que la batalla probablemente va a ser larga.

Pero por suerte, siempre habrá quien no dé su brazo a torcer.