viernes, 3 de mayo de 2013

La chica del grupo

Recientemente finalizaba la segunda temporada de Pulseras Rojas (Polseres vermelles, en su nombre original en catalán). Para los que no la conozcan se trata de una serie ambientada principalmente en los pasillos de un hospital, donde un grupo de pacientes de muy corta edad (algunos adolescentes y otros directamente niños), varios de ellos víctimas del cáncer, forman una pandilla estrechamente unida: los Pulseras Rojas. La serie cuenta con unas interpretaciones sobresalientes por parte de unos actores jovencísimos, pero capaces de encarnar sus personajes con una naturalidad y credibilidad desarmantes. Los guiones están marcados por un tono profundamente emotivo e idealista, a menudo girando en torno al tema de la lealtad, la tenacidad ante las adversidades (el nombre del personaje principal, Lleó, "León", no es arbitrario, desde luego), el apoyo mutuo, la amistad y la esperanza. Tengo que reconocer también que además de emocionarme a menudo, la serie también fuerza un poco mi credibilidad en ocasiones, con unos diálogos que a veces se pasan de poéticos y filosóficos, sobre todo cuando salen de la boca de unos adolescentes, o con determinadas tramas o comportamientos un tanto inverosímiles. Pero se le perdona, porque casi siempre lo que chirría es un cierto exceso de idealismo, y en el fondo uno querría que el mundo fuera así.

Pero a lo que iba es a la curiosa teoría que un personaje expone en el primer episodio y que vertebra la organización de la pandilla: los roles de cada miembro. Lleó es el líder, Jordi es el segundo líder, Toni es el listo, Roc es el indispensable, Ignasi es el guapo... Cristina es la chica.

Si te fijas en los roles de cada miembro, te darás cuenta de que todos son adjetivos, excepto en el caso de Cristina. "La chica". Si piensas en los grupos de amigos que conozcas o hayas conocido en tu vida, seguramente observarás estructuras de todo tipo. En líneas muy generales sí se puede decir que a menudo puede haber un líder, y quizás también un segundo líder que sirve para ejercer de contrapeso. Otro puede ser el gracioso, otro quizás el integrador, el que se esfuerza en tender puentes para que todos estén unidos. En realidad estos roles pueden perfectamente solaparse en una sola persona, o pueden incluso estar ausentes: hay grupos sin líder, completamente horizontales.

Pero, sobre todo, el problema es que el ser chica no es un rol en sí mismo.

Este es uno de los clichés de género más fácilmente visibles en los medios. En muchas ocasiones, efectivamente en un grupo por defecto masculino, la principal cualidad distintiva de la chica es ser chica. Esto va acompañado de una serie de cualidades estereotípicas: la chica es la dulce, la que calma la ira del líder, la que se preocupa de los niños, la coqueta, la guapa (imprescindible: como miembro de compromiso de su sexo, es obligatorio que sea atractiva). Si la serie es de acción, no esperes demasiada ídem por su parte. Más bien espérate que la secuestren, o que apele a la humanidad del enemigo, o que proteja al civil de turno. Incluso es posible que tenga poderes curativos.
 
En su primera aparición, en Sonic CD, Amy Rose se limitada a perseguir a Sonic soltando corazoncitos, hasta que la secuestraban. En juegos posteriores adquirió un martillo y se puso las pilas.

 Si es espabilada, con suerte puede que sea hábil con las tecnologías, las lenguas, el análisis de datos y ese tipo de cosas, y ayude al grupo desde la base de operaciones, por ejemplo. Si en la serie los personajes van asociados a un código de colores, ella será "la rosa".
 
En los Power Rangers había una segunda chica, "la amarilla", que era más atlética y menos tradicionalmente femenina. Observar que sólo la rosa lleva una faldita sobre el uniforme. 
Los gatos samurais eran una de mis series favoritas, pero tampoco escapaban al cliché. El poder de ella era "el amor".


Este estereotipo suele estar presente mucho más claramente en series y dibujos animados dirigidos a niños, sobre todo si es a niños de sexo masculino (si la serie va dirigida a niñas, por necesidades argumentales y estéticas no todos los personajes pueden tener la misma personalidad estereotipadamente femenina, ni vestirse o ser de color rosa, porque obviamente sería absurdo tener un grupo de personajes idénticos entre sí).

Ni siquiera Pocoyó se escapa a la maldición de la amiga rosa.


A menudo, la presencia de "la chica" tiene un uso muy concreto: ser la novia del protagonista. La palabra clave es la preposición "de". En el microuniverso que es la serie, su razón de ser es ser novia de alguien. En una serie centrada principalmente en la acción, es posible que los autores, por echarle un poco de sal a la trama, incluyan una pequeña subtrama romántica, y para ello es imprescindible sacarse de la manga a alguna amiga con poco peso en el resto de la trama. Según la edad a la que vaya dirigida la obra esto será más o menos imprescindible. Para los niños muy pequeños cualquier subtrama romántica sobra, y la chica en cuestión quizá será más una molestia inofensiva que insista en que no pisen las flores al correr.

Su nombre en la versión española era... Rosita.


Para los recién llegados a la adolescencia el tema empieza a cobrar importancia pero aún no pretenden lidiar con ello de frente, por lo que la chica tendrá un mayor peso pero no dejará de ser secundaria: la típica novia/amiga del protagonista de un manga de acción. 

Su especialidad es curar. Su nombre significa "Flor de cerezo".

Y según el segmento demográfico vaya creciendo, con suerte, empezarán a aparecer chicas de personalidades bien definidas y con objetivos e intereses independientes de los chicos. Y llegados a este punto, la serie o película en cuestión incluso quizás logrará superar el test de Bechdel.


No me mires tan fijamente, Buffy, pronto llegará la hora de dedicarte un artículo... o varios.

En la segunda temporada de Pulseras Rojas, apareció algún personaje femenino importante más, aunque no adquirió un rol propio dentro de la pandilla y el rol como facilitadora de subtrama romántica seguía muy presente.Pero es un principio. Quizás en una posible temporada tres tendremos la oportunidad de ver una pandilla en la que haya más de una chica, y que no se la etiquete únicamente según sus cromosomas, sino que puedan ser la imprescindible, o la lista, o la líder.

Si quieres leer más sobre este tema, puedes leer aquí el interesante análisis que hacen de este fenómeno en TV Tropes, al que llaman The Smurfette Principle, "El principio Pitufina", con decenas de ejemplos.