miércoles, 20 de noviembre de 2013

Unique y la dificultad de encajar

En el episodio The End of Twerk de la serie Glee, emitido el pasado 14 de noviembre, se decidían por fin a tocar un delicado tema que merecía ser tratado desde la introducción del personaje de Unique: las situaciones a las que se enfrenta un adolescente transexual en un medio a menudo tan hostil como es el instituto. La serie no se caracteriza precisamente por su realismo, y gran parte de las veces simplemente convierte en comedia temas serios (para luego, arbitrariamente, tratarlos seriamente unos capítulos más tarde), y otras los resuelve de formas un tanto fantasiosas. El personaje de Unique, hasta ese día, había  participado en tramas principalmente ligeras.

Pero era difícil creerse que un adolescente transexual pasase sus estudios en el instituto sin ningún problema. La historia de Wade Adams, Unique, no es de las más frecuentes en el mundo de la tele. Ante el miedo a ser él mismo y enfrentarse el público como cantante, decidió inspirarse en sus ídolos Kurt y Mercedes y adoptar la identidad de Unique, una chica, creando una personalidad para ella: una diva de fuerte personalidad que no se achanta ante nada. Con el paso de los episodios, fue quedando claro que Unique no es exactamente un "personaje" creado por Wade, sino que es su verdadero yo. Su cuerpo quizás sea el de un chico, pero la realidad es que es una mujer.

Como digo, hasta este capítulo todo había consistido básicamente en que Unique actuaba con su ropa de chica y su peluca, y exhibía una personalidad un tanto estereotipada de "chica negra descarada". Sin embargo, llegado este capítulo, se retratan por fin los problemas de Unique, usando como punto de partida un problema muy simple y muy concreto al que se enfrenta cotidianamente un transexual: ¿a qué baño debería ir? Ella evidentemente prefiere el femenino, pero claro, corre el riesgo de encontrarse con una chica que no entienda qué hace un supuesto chico ahí.



Y al entrar, resignadamente, en el de los chicos, la cosa va a peor: un grupo de chicos que estaban dentro inmediatamente se sienten amenazados por su presencia (amenazados a nivel, ummm, filosófico, digamos). Tras burlarse de ella y quitarle su peluca, se marchan entre risas, dejando a la pobre Unique en un rincón hecha polvo. Y es entonces que empieza a cantar una emotiva interpretación de "If I Were a Boy", de Beyoncé.

La interpretación desde luego es hermosa, y transmite la sensación de desolación de Unique ante su situación y su desamparo al encontrarse en tierra de nadie, pero tengo que decir que la canción realmente no tiene demasiado sentido en el contexto de la trama, y bueno, la verdad, es bastante sexista en sí misma. Casi daría para dedicarle una entrada para ella sola, con frases como "si fuera chico, bebería cerveza con los colegas y ligaría con las chicas", o "me inventaría las reglas sobre la marcha, porque sabría que ella me sería fiel y me esperaría en casa". Ejem. Parece que quien escribió la letra vivía en un mundo aparte en el que las chicas nunca ponen los cuernos ni pueden beber cerveza. Ah, y además según la letra, si la cantante fuera un chico, ella "sabría lo que se siente al amar a una chica", porque por lo que se ve los chicos son insensibles. En fin. Ya véis que los estereotipos sexistas no son patrimonio exclusivo del machismo.

Volviendo a lo que estábamos, a lo largo del capítulo la trama va oscilando como siempre entre la comedia y el drama. En un momento dado, la directora del instituto resuelve como solución crear un baño portátil (cubierto de signos de interrogación) "unisex" que Unique pueda usar sin problemas. El baño evidentemete es ridículo, y su situación hace que sea muy violento usarlo, así que finalmente el director del coro donde canta Unique decide negociar con la directora, su enemiga, a cambio de la valiosa llave del baño de los profesores, donde por fin podrá estar a salvo.

Y es aquí cuando el director del coro dice las hermosas palabras que ponen la guinda a toda esta subtrama:



"Odio ser yo el que te lo diga, pero mientras sigas siendo tú mismo, tu vida va a ser una sucesión constante de momentos en los que no encajes. [...] Nunca deberías acostumbrarte a ello. Todos los grandes cambios provienen de gente que se negó a acostumbrarse a lo que estaba aceptado pero no estaba bien. [...] Lamentablemente no vas a cambiar el mundo en un día con un acto de rebeldía radical. Simplemente tienes que seguir buscando el sitio en el que encajas, y la gente con la que encajas; y entonces tendrás a un ejército para luchar a tu lado. Hasta que por fin el mundo sea lo bastante valiente para aceptarte tal cual eres."

Poco más que añadir. Hoy, 20 de noviembre, se celebraba el Día Internacional de la Memoria Transexual.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Hard Out Here: Lily Allen agarra el micrófono

Y de pronto, Lily Allen, después de unos años de silencio, se mete en el estudio y suelta en cuatro minutos y pico su opinión sobre el estado del pop actual respecto a la mujer. Por el camino, en el video, varios dardos dirigidos a la canción Blurred Lines de Robin Thicke, el twerking, el product placement, la presión por mantener una estética aceptable para el mercado (aunque hayas sido madre, atentos al diálogo del principio del video), los ocho millones de videos que emplean a bailarinas como reclamo sexual, con momentos de pseudolesbianismo-para-heteros (los que acusaban a La vida de Adèle de explotación por su contenido sexual no tienen más que comparar)... Y una letra que pone varios puntos sobre las íes.

El arte de comerse un plátano

La canción en sí misma no ha provocado tanta polémica (quizá porque en definitiva la gente tampoco está muy atenta a lo que dicen las letras, y más con una canción tan fácil de tararear), pero como siempre, el video es otro asunto, y se ha formado un buen debate sobre él. La principal acusación es que es racista, ya que en él, son un grupo de bailarinas principalmente negras y asiáticas las que hacen el baile de marras, las que se desparraman champán por encima, las que agitan y se abofetean el culo en primer plano... Lily, significativamente, lleva más ropa encima, y al acabar el video, se aleja del grupo de bailarinas con gesto de estar harta, en plan "bah, paso de esto". Ante las críticas, la propia Allen se ha defendido desde su blog, explicando que se limitaron a elegir a las mejores bailarinas para el video, sin importar su raza (de hecho, hay una bailarina causásica pelirroja, y otra con pelo rosa que aparece en una escena), y que si no baila junto a ellas es porque aunque lo intentó, no logró dominar el twerking, y porque nadie querría ver su celulitis (finalmente, por muy crítico que uno sea, es inevitable sentir inseguridad sobre el propio físico). El propio director del video añadió que las bailarinas entendían perfectamente el concepto, en absoluto se sintieron despreciadas o utilizadas y que además fue idea de ellas mismas lo de rociarse de champán, parodiando lo que ya hemos visto en otros videos. Quién sabe, quizás alguna había participado en algún video donde le habían hecho esto sin intención de parodiar nada.

En realidad son como las Power Rangers pero en femenino y con una única miembro blanca


Personalmente, por esto último precisamente, me sobraban las explicaciones: me parecía evidente que aquí se estaba parodiando el uso como objeto sexual de estas chicas, que en decenas de videos efectivamente son negras y/o asiáticas. Tiene gracia que, cuando un video "normal" emplea este cliché como mero gancho visual, nadie levante una ceja, pero cuando otro video lo hace con intención satírica, la gente lo acuse de racista, porque la intérprete es blanca. El problema de siempre: en la sociedad, consideramos que la "persona media" por defecto es un varón blanco heterosexual. Todo lo que haga Fulanito sólo le representa a él, no a todos los hombres, ni a todas las personas caucásicas, ni a todos los heterosexuales. Pero cuando introducimos a mujeres en la ecuación, o a gente de otras razas u orientaciones sexuales, los sujetos se convierten en representantes de su "grupo". Si la que te adelanta por la derecha es una mujer, "mujer tenía que ser". Si el gay de la serie es sensible, es que "los gays son sensibles". Si el asiático de la peli come carne de perro, es que los asiáticos (además de ser todos iguales) son unos monstruos come-perros.
Dios mío, es la primera vez que veo un video en que el cantante presume de millonario delante de un coche y rodeado de buenorras bailando

En este contexto, es comprensible que la gente perciba como racista el que la cantante, la única que no se exhibe y que abandona el baile, siendo blanca, esté comportándose de manera racista. Ante esto, sólo puedo decir que viendo un poco la trayectoria de Lily Allen y la inteligencia y sentido crítico que demostrado tener, lo menos que podemos hacer es considerarla una persona lo bastante inteligente como para no ser racista, ni siquiera de manera inconsciente. ¿Créeis que una persona con la amplitud de miras y la mirada crítica requerida para hacer una canción así sería a la vez tan corta como para ser racista? Por otra parte, y esto es especulación mía, si observáis detenidamente el video, es fácil ver varios momentos en los que las participantes se ríen en medio del baile, seguramente saliéndose del personaje por un momento, y en ese sentido la famosa escena final da la impresión de ser básicamente una toma falsa: a la vez que Lily se aleja como diciendo "me rindo", podemos por un milisegundo ver como las bailarinas empiezan a reírse y relajan la pose, lo que me da a entender que unos instantes antes el director ha gritado "corten". Es decir: posiblemente esto no era parte del guión.

Quizá también eran tomas falsas todos esas escenas de los videos en donde la estrella de turno enseña claramente qué marca de ordenador usa


En fin, para acabar, dejando ya de lado el video, creo que la letra de la canción se merece también un poco de atención. Aquí tenéis mi traducción libre del texto:

Supongo que debería decirte
lo que piensa esta perra
Me encuentras en el estudio
y no en la cocina
No estaré presumiendo de mis coches
O hablando de mis cadenas
No tengo que afeitarme los brazos por ti
Porque tengo un cerebro

Si te hablo de mi vida sexual
me llamas guarra 
Pero los chicos hablan de sus putas
y nadie dice nada

Hay que romper el techo de cristal, sí
hay que ganar dinero
Y ya toca acelerar
Porque en este sitio no me puedo mover

A veces cuesta encontrar las palabras
Pero las voy a decir y ya está
Olvídate de las pelotas y ten un par de ovarios

No lo tiene fácil, no lo tiene fácil una perra tan fuerte (repetir)

Si no llevas la talla 38
y no eres guapa
pues más te vale ser rica
o muy buena en la cocina
Seguramente deberías bajar unos kilos
porque no se te ven los huesos
Deberías arreglarte esa cara
o te quedarás sola
¿No quieres tener a alguien que te trate como a un objeto?
¿Has pensado en tu culo, en quién te lo va a partir en dos?
Nos va mejor que nunca,
ya hemos salido de la oscuridad
Y si no detectas el sarcasmo,
es que no me has entendido bien

(estribillo)

La desigualdad promete
que no se va a mover de aquí
Confía siempre en la injusticia
porque no va a desaparecer

(estribillo)


martes, 5 de noviembre de 2013

La vida de Adèle (2013) y la mirada masculina

Recientemente se estrenaba en España La vida de Adèle, la adaptación libre del cómic de Julie Maroh El azul es un color cálido.

La película ha recibido críticas excelentes, y de hecho les valió tanto al director como a las dos actrices principales la Palma de Oro del festival de Cannes. Sin embargo, el proceso de creación estuvo marcado por todo tipo de polémicas, y tanto las actrices como el propio director hablan del rodaje como una experiencia agria; hasta el extremo de que el director afirma que el único momento feliz que ha tenido fue obtener el galardón en Cannes, y que desearía que la película no se proyectase más. Teniendo en cuenta que normalmente la promoción de las películas suele ser un desfile de piropos y cumplidos por parte de todos los implicados ("Mengana es una compañera de reparto increíble y muy generosa", "Fulano sabe muy bien lo que quiere y te ayuda mucho", etc.), ya se puede imaginar uno lo mal que fueron las cosas para que se atrevan a hablar tan abiertamente de lo mal que lo pasaron.

Como suele pasar, en el centro de toda esta polémica están las escenas de sexo. Unas escenas que, en el caso de esta película, destacan por su abundancia, su longitud y su explicitud. Sin duda, en la sala muchas personas se removerán en sus asientos un tanto incómodas ante semejante despliegue de cunnilingus, tijeras, lametazos, orgasmos, azotes y demás, y no ya por tratarse de dos chicas, sino porque pocas veces se ve en un cine que no sea X algo parecido a esto. Mientras lo veía, no podía menos que asombrarme ante la valentía y la entrega de las dos actrices, que se meten en el papel con tal autenticidad y arrojo que por momentos esto parece un documental sobre el amor y la pasión.

Pero claro, esta autenticidad tiene un precio, y según explicaba la actriz Adèle Exarchopoulos (que afirma no querer repetir nunca otro rodaje con el director), las escenas de sexo, que normalmente son tratadas por los directores como una coreografía mecánica y desexualizada, con el fin de ayudar a todos los implicados a sacarlas adelante de la forma menos incómoda posible, eran aquí rodadas de una forma digamos mucho más visceral. El director ha sido acusado de"dictatorial" por varios miembros del rodaje, y al parecer el rodaje de estas escenas se prolongaba días y días, en los que las acrices debían pasar horas fingiendo orgasmos...




Las críticas, si bien muy matizadas y respetuosas, también llueven por parte de Julie Maroh, la autora del cómic original, y aquí es donde la cosa se complica. Según ella, las escenas sexuales bordeaban en el porno, y no puede menos que preguntarse de dónde vino la inspiración para las posturas, dado que el director es un hombre y las dos actrices en principio son heteros. Según explica en su texto (vale la pena leerlo), "entre el público, la gente heternormativa se reía porque no lo entendía y encontraba la escena ridícula. El público gay y queer se reía porque no les parecía nada convincente y lo encontraban ridículo. Y entre la gente que no escuchábamos reírse se encontraban posiblemente hombres que estaban muy concentrados dándose el banquete ante la representación de sus fantasías en pantalla grande". Todo esto viene a cuento del concepto de la "mirada masculina", acuñado por Laura Mulvey en 1975, según el cual, dado que gran parte de la producción audiovisual es creada por hombres heterosexuales, estos retratan el cuerpo femenino desde el punto de vista sexual, convirtiéndolo en un objeto. En plata: esa es la razón de todos esas escenas de sexo en las que lo único que vemos son las tetas y el culo de la chica, y rara vez alguna parte del chico. Lo único que importa es que los tíos tengan "material" para luego, ¿no?

Personalmente, entiendo perfectamente las reservas de la autora y la sensación que tuvo respecto a estas escenas. Tengo que añadir además que en algún foro he leído más opiniones en la línea de que "el sexo lésbico no es así, eso es una fantasía masculina" y demás... y, a renglón seguido, otra persona respondiendo si acaso la primera tiene la verdad universal sobre qué hacen o dejan de hacer las lesbianas en la cama.

Y por eso las entiendo pero no las comparto. Sí, en mi sala hubo también alguna risa suelta (pero más fecuentemente en momentos intencionadamente cómicos, tengo que añadir), pero desde luego no eran la norma, y además no lo atriburía con tanta seguridad a que nadie las encontrara ridículas o irreales. La realidad es que el sexo en pantalla, y más cuando es tan explicito, suele provocar un poco de incomodidad y por tanto risitas. Y en fin, sí, seguramente algún espectador hetero (¿y alguna lesbiana? ¿y algún/a bisexual?) seguramente disfrutó mucho de las escenas, pero sinceramente, en un caso como este, en que las escenas están concebidas como una explosión de sensualidad y disfrute (Adèle y Emma tienen una química desbordante, y las actrices simple y llanamente lo clavan) y no como una tortura, como otras veces suele ser (ver el caso de Shame), pues la excitación me parece una respuesta perfectamente aceptable y sana. sí, ver a dos personas disfrutando tan sinceramente del sexo es excitante, y eso en mi opinión no tiene nada de malo.

No somos amnésicos ni ingenuos, y conocemos muy bien el uso que los medios suelen darle al lesbianismo. Las lesbianas suelen ser un combustible perfecto para la imaginación del espectador medio (o la idea del espectador medio que se tiene en ciertos ámbitos, es decir un varón heterosexual), y a menudo no son tratadas como personas, sino como meros reclamos publicitarios. Lo hemos visto en el porno, lo hemos visto en infinidad de telecomedias y películas, lo hemos visto en los cómics en incluso en la música. Personajes lésbicos que no tienen verdadera personalidad, trasfondo ni objetivos, que sólo están ahí para calentar al público y subir las ventas. No hay en absoluto una verdadera voluntad de normalización ni de militancia LGTB (¡ja!) en estos personajes, y la prueba más clara de que son un mero reclamo para la audiencia es que la contrapartida evidente, personajes gays que fuesen usados como reclamo para las espectadoras femeninas, es básicamente inexistente. Al menos en occidente.

Y como no somos amnésicos, entiendo que ante una película como esta, con unas escenas sexuales como estas, y dirigida por un director heterosexual, inmediatamente pensemos mal. Yo personalmente creo que aquí no hay voluntad de explotación (ni siquiera, en realidad, de militancia), sino simplemente una hermosa historia de amor, perfectamente universal sea cual sea la orientación del público, increíblemente interpretada y en la que sí, esta vez también se ha retratado el sexo y de forma más explícita de lo acostumbrado. Nada más y nada menos. ¿Qué opinas tú?