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lunes, 4 de marzo de 2019

Queridos haters de Capitana Marvel: ¿queréis esperar a ver la p*ta película?




Esta semana se estrena por fin la última película del Universo Cinematográfico Marvel o UCM, y cierto sector del público no se lo está tomando muy bien. Una visita a YouTube te descubrirá varios vídeos analizando por qué la peli tiene toda la pinta de que va a ser "un panfleto feminista". Otros hacen cábalas de cómo va a fracasar. En Rotten Tomatoes la peli tenía un porcentaje de "intención de verla" bajísimo, antes de que la web retirara este absurdo parámetro. El cabreo de estos "fans" parece centrarse en varios puntos, que desgloso y comento a continuación.

La primera polémica surgió con el trailer. Muchos lo consideraron poco impactante, y le veían cara de aburrida y seria a Brie Larson en el papel. Pues oye, sobre esto poco puedo decir, porque finalmente es una cuestión de gustos. A mí mismo no me ha parecido un gran trailer, y es cierto que Larson no transmite mucha intensidad. Además tengo el problema de que las space operas no me gustan nada (las dos entregas de Guardianes de la Galaxia y Thor: Ragnarok han sido mis dos pelis menos favoritas del UCM), y me temo que en esta ocasión los tiros van a ir por ahí. En definitiva a lo que voy es que criticar un trailer me parece legítimo: lo has visto y no te ha gustado, perfecto. Ahora bien, no nos olvidemos de que los trailers engañan, y de muchas maneras: con un montaje que puede dar a entender muchas cosas que luego no son ciertas, con una música que puede ni tan siquiera aparecer en la peli, con unas escenas que asimismo quizás ni salgan en el montaje final... Hay trailers maravillosos de pelis que son pésimas, y a la inversa. Si quieres ver el poder del montaje y la música, te recomiendo que entres en YouTube y veas los trailers recut. Y descubrirás que Mary Poppins puede parecer una peli de terror gótico, Top Gun un romance gay, El resplandor una alegre comedia familiar... Conclusión: espera a ver la peli y no le des demasiada importancia al trailer.

Respecto a la "seriedad" de Larson, la cosa es más espinosa, y una serie de fans tuvo la idea de retocar los carteles para poner a la Capitana sonriendo. Lo irónico del caso es que cuando se enteró de esto, la actriz comentó que este tipo de críticas ya se las esperaban, y al parecer la peli incluye una escena en la que un hombre le pide a Carol Danvers que sonría, una experiencia que las mujeres a menudo viven. Y en esta ocasión, la misma campaña de plantarle una sonrisa en la cara a Danvers es en sí misma un ejemplo perfecto de esto y una muestra del doble rasero con que se la juzga porque... ¿en alguno de los carteles de las otras pelis del MCU ves a algún tío sonreír? ¿Dónde estaba esa gente tan ansiosa de ver sonrisas todos estos años?



Pero luego vino lo chungo de verdad. En una entrega de premios (los Women In Films Crystal + Lucy Awards, los premios con el nombre más largo y complejo de la historia), Brie Larson dijo que sería necesario que el perfil de los críticos de cine fuese más variado. En su propia experiencia en las ruedas de prensa, estos suelen ser varones blancos. Una parte del público reaccionó con furia ante este comentario. ¡Otra vez atacando al varón blanco heterosexual! Este pobre colectivo, tan oprimido y ausente en las anteriores veinte películas del UCM, así como en el resto de pelis, series, libros, cómics y cualquier otra cosa, reclama su huequito en el mundo. ¿Es tanto pedir? MODO IRONÍA OFF.

Ahora me pongo serio. En primer lugar, es obvio que el UCM está copado por hombres blancos heterosexuales, así que francamente, esta actitud de ponerse a la defensiva por la ÚNICA Y PRIMERA peli del UCM después de diez años protagonizada por una mujer es absurda. A nivel más sociológico, el comentario de Brie Larson tiene mucho sentido. Las películas evidentemente pueden (y deben) se disfrutadas por cualquier persona, independientemente de si sus protagonistas son de la misma raza, sexo, orientación y signo del zodíaco que tú. Pero como todo el mundo sabe, hay experiencias vitales que resuenan más intensamente con ciertos colectivos porque las han vivido. Seguramente no es lo mismo que yo vea una película bélica a que lo haga un veterano de guerra que lo ha sufrido en sus carnes. De igual manera, si en una peli se trata el racismo o la homofobia, es más fácil empatizar si por tus circunstancias has vivido esas cosas (y si no las has vivido, una peli, o cualquier obra de ficción bien hecha, es una oportunidad perfecta de ponerte en la piel de otra persona. ¡Pruébalo! ¡No te preocupes, los gays llevamos décadas viendo comedias románticas de parejas heteros y no nos ha pasado nada!). Y es por ello por lo que es importante que entre los críticos de una peli haya variedad, porque en definitiva ellos son los que nos dan a los demás un primer sesgo a la hora de valorar una peli. Si el colectivo que hace esta primera, y en ocasiones crucial,valoración, es homogéneo, cabe la posibilidad de que en sus críticas se pierdan matices que otras personas distintas con otros bagajes distintos sí iban a apreciar. Y por último: Larson no ha pedido que se vete la entrada a nadie, así que menos dramas.

Poco después, Rotten Tomatoes cambió su diseño y retiró el medidor de "intención de ver", y ahí se armó otra buena.  ¡Las feminazis otra vez tratando de censurar a los hombres! Bien, ¿pues sabéis lo que opino? Que ese parámetro era absurdo, y el bajo porcentaje con que contaba la peli era un obvio intento de troleo por parte de la tribu de los Odiadores Unidos. Las ganas que tú o un millón de personas puedan tener de ver una peli es algo completamente irrelevante y no tiene ninguna relación con su calidad. Y si efectivamente quitaron el medidor por eso, me parece perfecto, porque solo le veo utilidad para fomentar ataques malintencionados en masa de este estilo. Al hilo de esto, me gustaría recordar a la gente que Marvel es una empresa, no una ONG, y su intención última es ganar dinero; y para hacer eso uno no intenta sabotear, ofender ni ahuyentar al público, sino ampliarlo. Así que quitaos ya de la cabeza la idea de que esto es un ataque contra los hombres, o que la presencia de un superheroína poderosa os amenaza de alguna manera.


La cosa se ha ido tanto de las manos en esta estúpida campaña de odio, que al actor de Shazam!, Zachary Levy, han empezado también a acosarlo por las redes por haber quitado la razón a los trolls que decían que su personaje era el único que podía llamarse Capitán Marvel, y haberse negado a participar en un estúpido enfrentamiento entre las dos pelis (¿podemos ver ambas y dejarnos de idioteces, por favor?). Resumiendo, en efecto el nombre de su personaje fue originalmente el mismo que el de la Capitana Marvel, y fue creado antes que esta; pero Marvel lo registró legalmente en una época en la que dicho personaje no se estaba publicando y por ello DC lo renombró como Shazam, así que el asunto es puramente de índole legal y no ideológica.

En cuatro días se estrenará por fin la película, y ya podremos juzgar si es buena, mala o regular. Y por supuesto el juicio será independiente del sexo de su protagonista, lo cual espero que sea capaz de hacer cualquier persona con un criterio mayor que el de un niño de diez años gritando en el patio del colegio "¡niños contra niñas!". Hasta entonces, habrá que aguantar unos días más de rabietas chorras.

viernes, 23 de marzo de 2018

Black Panther (2018) y El Rey León (1994): 24 años y seguimos sin reinas

 Recientemente, al salir de ver la nueva peli de Marvel, Black Panther, comentaba con una amiga la gran diferencia en la representación femenina con respecto a otras películas de de su universo cinematográfico, donde como mucho siempre había una chica o dos en un elenco de muchos, muchos hombres (y por falta de fuentes no es, porque si hay hay algo que los cómics tienen para dar y regalar son mujeres heroínas). En Black Panther, sin embargo, la presencia femenina era abundante, y por esta vez la peli conseguía incluso aprobar el test de Bechdel. Además el papel de las mujeres no es algo anecdótico tipo "novia/madre de", sino con gran peso en la trama, teniendo en cuenta que la guardia real, las Dora Milaje, son un ejército compuesto por mujeres, y que la principal ingeniera de la tecnificada sociedad de Wakanda es Shuri, la hermana de T'Challa.


Sin embargo mi amiga observó un detalle que se me había pasado por alto y que me hizo matizar un poco el grado de progresismo de la película: "Sí, hay muchas mujeres y todas hacen cosas, pero al final es lo de siempre: se muere el rey y a nadie se le pasa por la cabeza que su esposa, la reina, podría seguir reinando. Y cuando hay un combate para decidir el siguiente gobernante, no se presenta ninguna de esas mujeres guerreras", dijo. Ups. Pues es cierto. Pese a la abundante presencia femenina en la historia y el peso que tienen en esta, la realidad es que al nivel más profundo siguen siendo los hombres los que marcan el transcurso de la historia, y finalmente todas esas mujeres no dejan de ser sus comparsas. Fuertes e inteligentes, pero comparsas en definitiva. Y es que el rayo de esperanza para que acaben ganando los buenos llega cuando se descubre que Black Panther en realidad no había muerto, y puede volver a tomar la Hierba en Forma de Corazón que le otorga superfuerza y demás (de nuevo, obsérvese que de manera significativa durante la película sólo se ve a hombres tomando esta hierba). En fin, que está muy claro. Es un hombre el que tiene que ser el rey y salvar a los demás, y las mujeres pueden ayudarle.

Todos estos detalles me hicieron recordar una película de 1994 que emplea tramas y temas similares, y que en definitiva cae en lo mismo: El Rey León, de Disney.

Y tanto que era un "ciclo sin fin", que veinticinco años después seguimos igual.
Con la diferencia de que en aquella la diferencia de trato del personaje de Simba y el de Nala era aún más obvia y estaba más subrayada todavía. Desde que era un cachorro Simba ya sabía que antes o después él iba a ser el rey, como se encargaba de recordar a todo el mundo en la famosa canción. Lo curioso es que la película incluía dos escenas de peleas entre Simba y Nala, su futura esposa, una cuando eran pequeños y otra cuando eran adultos, y en ambas ocasiones era Nala quien ganaba. Es decir: los guionistas estaban estableciendo hasta en dos ocasiones que Nala peleaba mejor que Simba. En un buen guión nada es gratuito, nada ocurre porque sí, sino que cada cosa que se dice y ocurre significa algo. Sin embargo, en una peli con un guión tan bien construido como El Rey León, sorprende que finalmente este detalle no tenía ninguna relevancia en el final. Una vez Simba había huido al exilio, el último papel de Nala era ir en su busca y convencerle de que su pueblo le necesitaba. Seguía siendo algo coherente con la psicología de Nala, de la que se nos había mostrado que era valiente y decidida, frente a Simba, más inmaduro y con tendencia a eludir las responsabilidades. A nivel temático era coherente: Simba por fin se hacía adulto y asumía su obligación, volviendo al reino y enfrentándose a Scar. Pero argumentalmente, la pregunta del millón era: Si Nala, como la propia peli había mostrado, era mejor guerrera que Simba, ¿por qué no luchó ella misma contra Scar?

Porque Simba tiene algo que ella no tiene. No me refiero a la melena.
 A lo largo del vasto mar de Internet encontrarás a más gente que se hace esta pregunta, y buscan complejas explicaciones que racionalicen esta decisión de los guionistas (eso los que no se tapan las orejas y gritan "es sólo una peli"); porque no olvidemos que toda ficción sale de la cabeza de alguien. La respuesta en mi opinión está muy claro que no está en el propio guión, sino en el mundo que nos rodea; ese mismo mundo por el que las monarquías se heredan de padres (varones) a hijos (varones) y las hijas, o las mujeres en general, sólo son candidatas si no hay ninguna opción más de cromosoma XY por delante de ellas.

Hacemos fast forward a 2018 con Black Panther y seguimos básicamente en el miso punto, aunque ahora tengamos a muchas Nalas rodeando al Simba de esta ocasión. La historia ha ido transformando y ampliando el rol que las mujeres pueden ocupar, en la ficción y en la realidad, pero el hecho es que a nivel profundo, aquí el que corta el bacalao sigue siendo el hombre. 

viernes, 26 de febrero de 2016

La revolución de Marvel



De las miles de cosas que Estados Unidos ha aportado a la cultura mundial, los superhéroes son sin duda una de las más populares e icónicas. Personajes como Spiderman, Superman, Lobezno o Iron Man son desde hace muchos años parte del imaginario colectivo, y en los últimos años más aún si cabe, con la oleada aparentemente interminable de adaptaciones al cine de estos cómics, que han permitido que una parte aún mayor del público se familiarice con ellos.

Hay muchas teorías sobre la popularidad de los superhéroes. ¿Son quizá puro escapismo? ¿Un reflejo de los valores de cada época? ¿Una manera de proyectarnos en lo que querríamos ser? ¿Una forma de hablar de manera más o menos velada de los problemas a los que se enfrenta nuestro mundo? O quizás todo eso y más. Los cómics de superhéroes sin duda mantienen un diálogo constante con la sociedad en la que se enmarcan, y desde luego notarás un enorme contraste si lees una publicación de los años 60, con su falta de ironía, su "pureza" y su luminosidad, y luego lees otra de los 90, con sus antihéroes de musculatura hipertrofiada, su cinismo y su, vamos a decir, "oscuridad".

Pero en esta entrada me gustaría centrarme en algo que se viene produciendo en los últimos años en una editorial en concreto, Marvel (aunque el fenómeno es observable en otras también), y que cada vez es más notorio: la explosión de la diversidad en sus personajes. Y cuando hablo de diversidad hablo de culturas, de razas y de orientaciones sexuales. El imperio de los rubios de ojos azules está desapareciendo, y dando lugar a un nuevo mundo en el que, al igual que los lectores, los héroes ya no son todos hombres blancos heterosexuales. Y no se trata sólo de secundarios y extras, sino de protagonistas de pleno derecho. Lo más curioso es que nuevos personajes pertenecientes a minorías están tomando el relevo de personajes clásicos, por diversos motivos argumentales, y adoptando sus identidades superheroicas. A continuación, un montón de ejemplos.

Explosión de personajes LGBT

Durante un montón de años, Estrella del Norte fue el único superhéroe gay de Marvel. Tras una convulsa historia llena de tiras y aflojas, el canadiense pudo por fin salir del armario en 1992. Y el pobre estuvo solo en el club durante mucho tiempo, pero ya no. En los últimos años los personajes LGBT han empezado a proliferar, y ahora tenemos a gente como Wiccan (uno de los magos más poderosos del universo Marvel), su novio Hulkling, Anole, Karolina Dean y su novia Xavin (que hasta cierto punto se puede considerar transexual), Rictor y Estrella Rota (otro caso en el que durante años se trató sacar adelante el tema y no hubo forma)... En el caso más reciente, el pasado año, el Hombre de Hielo, uno de los X-Men más icónicos, con años de historia a sus espaldas, salía del armario (bueno, lo hizo su yo adolescente, pero no vamos a entrar en ese jardín porque igual no salimos). Los besos entre personajes del mismo sexo ya no son tan difíciles de encontrar, y ya inluso hemos tenido alguna boda que otra.



Thor es ahora una chica

El Mjolnir, el martillo de Thor, al parecer nunca especificó que la persona que lo levantara tenía que ser un hombre... Y así, por una serie de circunstancias, desde 2014 es Jane Foster la portadora del martillo sagrado.



Spiderman es negro

Negro e hispano, para ser exactos. Se llama Miles Morales y proviene de un universo alternativo que... en fin, lamento dejar siempre la historia a medias y no entrar en detalles, pero si has leído muchos cómics en tu vida sabrás que la telenovela más enrevesada se queda en pañales al lado de estos. Al parecer sus creadores se inspiraron en Barack Obama, lo cual crea un interesante paralelismo entre lo que está pasando en los cómics con la representación de las razas en papeles de primera fila, y lo que pasó en el mundo real cuando Estados Unidos tuvo por fin al primer presidente afroamericano de la historia.







El personaje revelación de 2014 fue una adolescente musulmana

Una de las reglas "no escritas" (?) de las obras de ficción mainstream es que las chicas venden menos que los chicos como protagonistas de las historias, porque el público es principalmente varón y no es capaz de identificarse con alguien que no sea como él. Bueno, esta hipótesis a estas alturas ha sido refutada algo así como catorce millones de veces, y un magnífico ejemplo es Ms. Marvel, la serie que narra las aventuras de Kamala Khan, una adolescente musulmana que se enfrenta al crimen en las calles de Nueva Jersey. Mujer, de una religión que no está en su momento de mayor popularidad precisamente, con un punto friki, y obviamente de raza no caucásica, Kamala es la pesadilla de todo director de marketing. La serie ha sido superventas desde su inicio, ha ganado varios premios y ya es considerada una de las revelaciones de los últimos años. Y es fantástica, está llena de humor y amor por los personajes y obviamente la recomiendo muchísimo.





El nuevo Hulk es coreano-americano

¿Vas notando el patrón? Como se puede ver, varios de los héroes más icónicos de Marvel están siendo relevados por personas que no son de raza caucásica. En este caso se llama Amadeus Cho, es una de las ocho personas más inteligentes de la tierra y está encantado de ser el gigante verde.



El Capitán América es ahora afroamericano

Se llama Sam Wilson y este no es ningún recién llegado, porque le conocemos desde hace décadas como Halcón, e incluso ha hecho ya su aparición en un par de películas del Universo Cinematográfico Marvel. Por una serie de circunstancias, Steve Rogers, el Capitán de siempre, ha perdido sus poderes, y le ha pasado el testigo a Sam. De nuevo seguimos con el mismo patrón, y no se puede dejar de resaltar que hablamos de uno de los principales iconos no ya solo superheróicos del mundo, sino también de EEUU en general, llevando en su mismo nombre clave el nombre del país y representando sus principales valores. Decir que esto es significativo es quedarse corto.


Dicen que algo que se repite tres veces o más ya no es una casualidad, sino un patrón, y de la misma manera me parece evidente que toda esta explosión de diversidad no es coincidencia, sino algo muy intencionado por parte de Marvel. En este blog he hablado multitud de veces sobre cómo, en los medios, se insinúa la idea de que "la persona estándar", ese protagonista quintaesencial con el que todo espectador puede identificarse, es un varón blanco heterosexual. Es el ser humano "por defecto", y todo lo que no sea así es "una variación". Y por ello, supuestamente al público masivo le cuesta más conectar con esos personajes, con lo que las obras protagonizadas por dichas "excepciones" van dirigidas a nichos de mercado específicos, y no al gran público. El cómic de superhéroes no es precisamente una manifestación cultural underground (y sus adaptaciones cinematográficas mucho menos), y por ello me parece tan notable lo que Marvel está haciendo. El mensaje claro es ni más ni menos que esta noción de la "persona estándar" en la que todos nos podemos reflejar es una patraña, y que si un guión está bien escrito y un personaje es interesante, da igual cuál sea su raza, su sexo o su orientación, que cualquiera se podrá identificar con él.

Está claro que el panorama ha cambiado muchísimo, y estamos ante un despliegue de diversidad en la representación como no se había visto nunca. Queda por ver si todos estos cambios serán duraderos o quizá quedaran sólo como un golpe de efecto y con el tiempo todo volverá al statu quo. El mundo del cómic está en constante evolución, y las cosas no suelen permanecer mucho tiempo inalteradas. ¿Seguirá Marvel por esta misma senda, o esto es sólo un espejismo y pronto volverán al punto de partida? ¿El público estña preparado para esto, o tienen razón los ejecutivos? ¿Es valioso que los personajes más icónicos sean ahora encarnados por minorías raciales o mujeres, o quizá sería mejor que se crearan personajes nuevos que tuviesen valor por sí mismos y no estuviesen a la sombra de nadie? Pase lo que pase, esto es una bocanada de aire fresco, y me parece un gran paso hacia delante que una gran empresa que mueve millones se atreva a romper con ese viejo cliché. 

Así que ahora nos toca a nosotros, el público. Nos toca a todos demostrar que lo que queremos son buenas historias y personajes bien desarrollados, que estamos muy por encima de otras cuestiones como la raza, el sexo o la orientación. La pelota está en nuestro campo.