jueves, 24 de abril de 2014

Derecho de admisión en los dibujos animados

Recientemente, el animador, director y productor Giancarlo Volpe (podéis seguirle en su cuenta de Twitter @Giancarlo Volpe) publicó en su página de Tumblr un interesante cómic en el que explicaba la trastienda de la creación de su serie Linterna Verde: la serie animada (Green Lantern: The Animated Series). En este pequeño cómic, que a continuación podéis leer traducido, se pueden observar una serie de cosas que llaman la atención. El cómic relata el desarrollo de un grupo focal o focus group en inglés, un tipo de estudio de mercado en el que tras proyectar al público diana un capítulo o película, durante el cual los asistentes indican con un mando lo que les va gustando y lo que no, se les hace a continuación una entrevista dirigida y se observan sus reacciones y opiniones.

A continuación os dejo con el cómic (se amplían las imágenes haciendo clic):











El cómic tiene bastante que rascar. En principio parece confirmarse que estadísticamente las niñas prefieren los contenidos "emocionales" y los niños los de acción. Sin embargo, me surgen algunas dudas. El hecho que de que la emoción de ambos vaya en aumento de forma pareja hasta llegar al clímax del capítulo me hace pensar que quizás, aunque objetivamente muestren una predilección o rechazo por cada uno de los tipos escena, la conjunción de ambas cosas les está implicando en lo que ven. Por otro lado, no sé hasta qué punto se puede descartar la presión grupal en una proyección colectiva como esta, y que la gente gire el dial según lo que sienten que "debe" gustarles.

La conclusión final del cómic y del propio Giancarlo Volpe es que este tipo de estudios dan unos resultados muy manipulados y poco fiables, pero hay otro elemento más que llama mucho la atención: si bien los grupos de niños están segmentados por grupos de edad, a las niñas las juntan todas en un mismo grupo. Sí: al parecer, para los estudiosos del marketing televisivo, es igual una niña de siete años que una de once (!). El cómic no entra en detalles, pero además parece deducirse que si esto es así, por tanto entre el público habría muchas menos niñas.

Este sesgo tan evidente y llamativo revela bastante sobre la industria de la televisión y sus opiniones sobre el público. En general, existe la creencia, de la que ya he hablado antes, de que las obras de ficción protagonizadas por chicas son percibidas como "para chicas" y espantan a los chicos, mientras que aquellas protagonizadas por chicos son para todo el mundo. Por tanto, no sólo se procura que el protagonista sea un hombre, sino que además se procura que la proporción de mujeres sea inferior sensiblemente (existen estudios que demuestran que si el número de chicas y chicos es equilibrado, la audiencia al parecer percibe el número de chicas como mayor, lo que demuestra hasta qué punto está acostumbrado a que las chicas sean la minoria). Casi siempre esto se traduce en la presencia de una única chica en un grupo de amigas, quizá dos como mucho (y entonces lo típico es que una será tradicionalmente femenina y la otra más mas viril).

La banda del patio

Al parecer, gran parte del miedo de las productoras por gustar "demasiado" a las niñas proviene de la percepción, supongo que también contabilizada estadísticamente, de que las niñas no compran muñecos. Y no nos vamos a engañar: el objetivo final de cualquier peli, serie o dibujos dirigidos a niños es vender todos los juguetes posibles. El problema es que es difícil saber si esta creencia tiene una base real, o si es lo que a veces se conoce como "profecía autorrealizada" o "Efecto Pigmalión": su poca fe en que las niñas comprarán muñecos femeninos hace que no saquen éstos a la venta o si lo hacen no los publiciten adecuadamente, con lo que finalmente ellos mismos están provocando que se cumplan sus predicciones negativas.

Mi opinión es que, finalmente, la mayor parte del público responde positivamente cuando se le ofrece algo de calidad y los altos cargos al mando le dan un verdadera oportunidad de tener éxito. Realmente da igual si dicha obra está protagonizada por un chico, una chica o un robot. A lo largo de la historia reciente ha habido un montón de obras de ficción protagonizadas por chicas que han triunfado sin ningún problema (a bote pronto me vienen a la mente los éxitos masivos de Los juegos del hambre o Frozen), así como casos de lo contrario. El verdadero problema creo que está en que los que se encargan de tomar las grandes decisiones, los que  levantan o bajan el pulgar, muchas veces se siguen aferrando a creencias que el tiempo ha ido desmintiendo...

Con suerte, el tiempo también les irá cambiando a ellos, antes o después. Esperemos.

"¿Me estás llamando anticuado?"

Esta entrada está basada en en este artículo de The Mary Sue. Gracias a Giancarlo Volpe por dar su permiso para traducir y publicar el cómic aquí, y a Andrés por su ayuda con la parte técnica al encajar los textos para la traducción.