martes, 12 de junio de 2018

Jurassic World: El reino caído, la maternidad y la masculinidad


Cuando hace un par de años salí del cine tras ver Jurassic World, estaba indignado. Aquí podéis leer la versión larga de lo que me pareció esa película, pero en resumen el problema es que su mensaje de fondo respecto al personaje de Claire (Bryce Dallas Howard) era extremadamente retrógrado: venía a decir que toda mujer tiene que desear ser madre, y si no lo hace es una frígida que debe ser curada por un macho alfa. Y efectivamente, cuando acababa la película, Claire había asumido finalmente un rol maternal respecto a sus sobrinos, y había abandonado su rol de ejecutiva inhumana para abrazar su lado más aventurero y sensual junto al machote de Owen ("¿Quieres consultarlo aquí o en mi bungalow?").

Así pues, ¿qué nos encontramos en esta segunda parte? ¿Seguimos en las mismas o hemos avanzado? Pues debo decir que, si bien en esta ocasión dirige J. Bayona y no sentí indignación cuando llegaron los créditos, el guión sigue siendo obra de Colin Trevorrow, y esto se nota porque el trasfondo temático de la peli continúa regando la semilla que la anterior peli plantó. Me explico.

Al comenzar Jurassic World: El mundo caído, Claire es una persona muy diferente. Sigue siendo una mujer poderosa, pero ya no habita ese mundo corporativo que la hacía tan antipática en la primera parte; y ahora dirige una especie de ONG dedicada a defender los derechos de los dinosaurios (lo sé, la idea es un tanto ridícula por inverosímil, pero la peli dentro de lo que cabe la defiende lo mejor que puede). Ahora es simpática, ya no lleva tacones y tampoco mira a la gente por encima del hombro. Punto para Claire. Durante el primer acto de la película Claire se reencuentra con Owen, y tienen una conversación bastante divertida sobre quién dejó a quién; y de nuevo tengo que concederle a Trevorrow que esta vez la cosa es bastante ecuánime y no se intenta hacer quedar mal al personaje de Bryce Dallas Howard para que el público tome partido por Owen, como se hacía claramente en la primera parte. En las siguientes escenas nos siguen presentando a nuevos personajes, y resulta que uno de ellos es Maisie, una niña huérfana de madre. Ups.

Y así, según avanza la película, todo conduce inexorablemente a ese final que ya nos podemos oler en cuanto conocemos a la niña. Su padre resulta a) no ser su padre y b) ser malvado, y dos dos figuras familiares más importantes pronto son eliminadas de la ecuación. Un poco más tarde, nos enteramos de que la niña es en realidad un clon de su madre; y en otra escena bastante desconectada del resto de la película, el doctor Wu echa en cara al falso padre de Maisie que su nueva y más mortífera creación, el Indosaurus, necesita a una madre, por causas totalmente cogidas por los pelos y que nunca más son desarrolladas a lo largo de la película. Es evidente por qué: en realidad el guión no está hablando del Indosaurus, sino de la pequeña Maisie, la otra obra de ingeniería genética sin madre de la peli. ¿Y qué personaje tiene como trama central el cuidar (es decir: hacer de madre) de todos esos dinosaurios creados artificialmente que los demás quieren matar o explotar?

"Lo de firmar los papeles de adopción lo dejamos para otro día que no no persigan dinosaurios, ¿vale?"
Evidentemente los caminos de Claire y Owen no tardan en cruzarse con el de Maisie, y de inmediato  se convierten en sus padres adoptivos de facto. Y así, la película continúa la subtrama de Claire y la maternidad como único destino apropiado para una mujer. Si en la primera parte Claire debía desprenderse de su coraza de hielo y aprender a querer a sus sobrinos, en esta parte ya ha madurado y por fin está lista para el siguiente paso: adoptar a su primera hija. En esta ocasión al menos el mensaje está transmitido con mayor sutileza y sin humillar al personaje, y probablemente por ello no me produjo la misma indignación que Jurassic World.

La película presenta otra subtrama que vale la pena analizar desde la perspectiva de los roles de género, y aquí en cambio no es nada sutil. Entre los compañeros de la ONG de Claire está Franklin (interpretado por Justice Smith), que hace el rol de experto en ordenadores del grupo. Franklin es la antítesis de Owen, si bien de manera distinta a como también lo era Claire en la primera parte. Donde Owen, que representa en esta saga al ideal de hombre ("yo soy el macho alfa, chaval", decía en la primera parte), es valiente, resolutivo, pragmático y en definitiva viril, Franklin es miedoso, delicado, intelectual y claramente femenino. Tanto que incluso usa crema antimosquitos, que es la primera forma del guión de decirnos "mira, ¿ves qué mariquita es?" Por si no queda claro, la peli lo subraya más incluyendo una escena humorística en la que la gracia está en que Franklin da un grito agudo de chica al ver a un dinosaurio. Y para terminar de mandar el mensaje, tenemos unas cuantas escenas en las que Owen debe salvarle de diversos peligros. En resumen, Franklin es la damisela en apuros de la peli. Y como ya puedes imaginar, su subtrama básicamente consiste en aprender a ser un poco "más hombre" (de manera paralela a como Claire debía aprender a ser "más mujer"); dejar un poco de lado el uso de su intelecto, lo cual queda reflejado simbólicamente cuando pierde las gafas en el agua, y aprender a usar su cuerpo para salvar a su compañera, incluso usando la pistola de dardos tranquilizantes (pocas cosas más viriles en el mundo de la ficción que usar una pistola). En las películas de acción, ser muy intelectual, frente a ser un tipo de acción, es algo bastante mal visto, así que si bien la subtrama de Franklin me parece machista, también debo reconocer que al menos la película también le muestra siendo útil a los demás personajes en su papel de experto en informática.

Tú también pondrías esta cara si te persiguiera un dinosaurio

En definitiva, si bien la peli ha logrado no ser tan machista y retrógrada como su predecesora, si la miramos un poco más de cerca vemos que continúa lanzando mensajes bastante conservadores en lo que a los roles de género se refiere. Solo queda esperar a ver qué nos traen en la tercera parte, y ver si con suerte las cosas siguen yendo a mejor. Y una última cosa: por favor, señor Trevorrow, a ver si nos curramos más el guión para justificar que los dinosaurios escapen de sus jaulas. Que ya todos sabemos que al final lo van a hacer, pero es que a ratos los personajes parecen tontitos...