viernes, 1 de agosto de 2014

Privilegio

Varón, raza blanca, entre 18 y 49 años: ¡todo el mundo te hace caso por muy bobas que sean tus sugerencias!
(Homer Simpson, agarrando un bote de nueces con chicle)

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como en la Constitución española y, supongo, en cientos de otros documentos oficiales de todo el mundo, uno de los primeros artículos, si no el primero, habla de la igualdad de derechos de todo el mundo, sin importar sexo, raza, etc. Es incluso posible que a un nivel estrictamente legal y abstracto, esto sea cierto. Sin embargo, el mundo va mucho más allá de lo abstracto, y en la realidad tangible, además de las diferencias sociales por razones económicas, hay también diferencias más sutiles a nivel cultural, que provienen de tu equipaje digamos "biológico" al nacer, y el que vas adquiriendo con la edad. Tu color. Tu sexo. Tu orientación. Tu edad. Y es aquí donde entra en juego el concepto del privilegio, empleado por primera vez en 1910 por el sociólogo William Edward Du Bois.

El privilegio es algo así como el aire: es invisible, pero está ahí, e influye en todo. Y seguramente sólo pensarías en él, sólo pensarías en su importancia, si te faltara. El privilegio es también algo así como un pódium de muchos escalones fabricado con un material invisible, que sin embargo nos clasifica a cada uno de nosotros en una determinada altura. En general, basta observar un poco el mundo que nos rodea para observar quién ostenta la medalla de oro: Homer Simpson lo dijo muy claro. En las películas que vemos, en los libros que leemos, en las series, en los cómics, la figura central, la "persona por defecto" que representa al hombre medio, es habitualmente un varón adulto de raza blanca heterosexual. Todo lo que no sea eso, es la excepción, y por tanto, un peldaño más abajo en el escalafón.

Cuando una banda de música está formada sólo por mujeres, es algo notable. Cuando en una peli de acción el protagonista es una chica, es algo notable. De la misma manera, la mayor parte de presidentes del mundo se ajustan a ese molde, con un puñado de excepciones bastante... notables.


El primer presidente... hawaiano. ¿Qué pensabas que iba a decir?
 Hace unos meses, coincidiendo con el estreno de Noé, de Darren Aronofsky, se le preguntaba al guionista por qué todos los humanos de la película eran de raza blanca. ¿Su respuesta? Que se trataba de una fábula mítica, y no querían acabar con un anuncio de Benetton o llamar la atención sobre las razas, que sus personajes sólo pretendían hacer el rol de "huecos" en los que el público medio podía proyectarse. El subtexto, evidentemente, es que la raza blanca es la opción por defecto, y las demás son "excepciones" que llaman la atención. Realmente tampoco se puede culpar demasiado al guionista porque en defintiva, de forma seguramente subconsciente, estaba reflejando el mensaje que nos rodea en todo momento. 

Con motivo de la llegada del verano, y los blockbuster que vienen cada año a animar a esta época las carteleras, en esta página se publicó un estudio sobre porcentajes de representación en una lista de las 100 películas más taquilleras, y bueno, los resultados son bastante reveladores... Como nota curiosa, resalto que, "de los ocho personajes de color, seis de ellos eran Will Smith", y el porcentaje de personajes LGTB era de, ejem, el cero por ciento. Aquí tienes el gráfico, cortesía de http://blog.leeandlow.com


Muchas gracias a Hannah Ehrlich de Lee & Low Books por dar su consentimiento para reproducirlo aquí.

¿Alguien se anima a hacer un estudio parecido sobre las caracterísiticas de los personajes que hacen el rol de mejores amigos de los protagonistas? Porque me apuesto lo que sea a que los resultados saldrían un pelín distintos...