Soldiers and dolls won't give away my childhood dreams,
I was a pirate, I conquered
and I sailed free.(Gala, Let a Boy Cry)
Una de las tareas típicas de estos días de Navidad es la obligada visita a la tienda de juguetes, en busca de esos regalillos que harán las delicias de los hijos, sobrinos, nietos y demás. El caso es que en cuanto pongas el pie en cualquier centro comercial o juguetería... entrarás en el mundo azul y rosa; un mundo claramente dividido en dos con muy pocas zonas neutrales.
Recientemente me llamaba la atención un anuncio de un juguete que, aún siguiendo las reglas del juego en lo que a colorines se refiere (rosa y violeta a tutiplén), introducía una cierta ruptura: ¡una línea de armas para niñas! Se trata de un conjunto de ballestas, pistolas y arcos. El anuncio va inequívocamente dirigido a las niñas, ya que, además del tema de los colores, todos los personajes son de sexo femenino (y ya sabéis, las cosas protagonizadas por niños pueden ir dirigidas a todos los públicos, pero cuando el personaje central es chica, se sobreentiende que la cosa va dirigida sólo a ellas). Las armas tienen una serie de nombres bastante graciosos que aluden a una especie de guerra contra los sentimientos: el arco Rompecorazones, el kit Dulce Venganza (este me encanta)...
Además de buena arquera, la niña al parecer puede volar |
La verdad es que si nos ponemos en plan radical, seguimos un poco en las mismas: sigue siendo imprescindible el código de colores, por algún lado hay que meter una referencia romántica, y sobre todo: hay que acotar a qué sexo va dirigido el juguete. Me parece que más fácil sería mostrar un juguete neutral, en un anuncio en el que niños y niñas (en bandos mixtos, je, que no parezca la guerra de sexos a escala infantil) se dispararan por el bosque; pero en fin, el de la mercadotecnia es un mundo que merece uno, o mil, artículos aparte. Así que me quedo con lo bueno: hemos llegado al punto en que a las niñas se les ofrece explícitamente la posibilidad de jugar a juegos de acción, y ya eso está bastante bien.
Quizás puedes pensar que la neutralidad total no se va alcanzar nunca (o que no debería alcanzarse nunca; vuelvo a este asunto después), pero resulta que precisamente este año una de las cadenas de tiendas más importantes del Reino Unido, Marks & Spencer, ha decidido cambiar el etiquetado por sexos de sus juguetes, que hacían referencia claramente al sexo al que iban dirigidos ("Boys' stuff" y "Little Miss Arty" eran sus respectivos nombres, y curiosamente esta última se centraba en juegos de manualidades y pintura. Ejem...). El caso es que la presión de los consumidores y de la organización Let Toys Be Toys hizo efecto y a primeros de diciembre de este año, M&S anunció que durante 2014 se eliminará este etiquetado. Finalmente cada niño que busque un regalo por sus pasillos podrá elegir lo que más le gusta sin la presión extra de una etiqueta indicándole si es aceptable que le guste ese juguete o no (por supuesto este hipotético niño ya llega a la tienda bombardeado por mil influencias previas, pero esta vez vamos a dejarlo ahí). Podéis leer un artículo con más información sobre la decisión de M&S en este enlace.
Y dicho todo esto, ¿se debería llegar algún día, como decía antes, a la neutralidad total? ¿Hay que prohibir el rosa y el azul, y que las tiendas parezcan la bandera de Bolivia? Pues en realidad tampoco llegaría tan lejos. Finalmente cada niño es como es, y de la misma manera que no habría que impedir que un niño jugara con una muñeca si lo desea, tampoco pienso que haya que demonizar el que una niña adore el color rosa y lo que más desee sea la Mansión Soñada de Barbie. La clave está en tratar de permitir que esa decisión sea, dentro de lo posible, lo más inocente y ajena a influencias externas que se pueda. Ahí es nada...
Los índices de crímenes Barbiefóbicos no dejan de aumentar de manera alarmante |
En fin, que paséis todos una feliz Navidad, y que el regalo que finalmente elijáis, sea como sea y del color que sea, pueda hacer feliz a alguien. Más que suficiente con eso ;)