miércoles, 21 de octubre de 2015

Regreso al futuro II: 2015 ya no es lo que era


Hoy no es un día cualquiera.

Hoy, 21 de octubre de 2015, es el día en que Marty McFly, Doc y Jennifer llegaban a nuestro futuro, para descubrir en qué andaban sus versiones futuras, meterse en varios líos y por el camino encontrarse con un montón de objetos y tecnologías curiosas, lo más inolvidable de esta mítica peli para mí. Es divertido comprobar qué predecía esta peli, en qué acertó, si es que lo hizo en algo, y en qué falló. Bueno, al final de la entrada hablaré un poco de ese tema, pero como este blog no trata de ciencia y tecnologia, de momento me centraré en algo distinto: en Jennifer Parker, la novia de Marty.

¿Alguno recuerda su rol en la película? Pues seguramente pocos, y la razón es simple: no pinta nada.

Al final de la primera película, Doc abordaba a Marty y Jennifer montado en el Delorean, que ahora podía volar y funcionar con basura (si hay una tecnología que de verdad ya estamos necesitando es esta), y les explicaba que necesitaban viajar al futuro para resolver no sé qué cosa. En el coche se montaba también Jennifer, que en esta película había sido totalmente secundaria.

La película, como todos sabemos, fue un gran éxito (normal, porque es maravillosa e inolvidable, un ejemplo de cine palomitero de primera calidad con el que aún me como las uñas cuando llega la escena del rayo, aún sabiendo de sobra que al final todo sale bien). La maquinaria se puso en marcha para esta segunda parte. Y así, los dos Roberts (Zemeckis, el diretor, y Gale, el guionista), se encontraron con que por cojones inevitablemente Jennifer tenía que viajar al futuro también, dado el final que habían escrito para la peli original.

"¿En serio me peinaré así de mal en el futuro?"
 Y para ella no tenían ningún plan.

¿Qué hicieron? ¿Buscaron la forma de introducirla en la trama? ¿Desarrolarron más su personaje? Va a ser que no: a los cinco minutos de empezar la peli, Jennifer se desamayaba, quedando eliminada del guión fuera de combate de un plumazo. Ejem, un golpe maestro.

Aprovechando el tema de los viajes en el tiempo y la fecha tan señalada, este giro de guión se presta mucho a hacer una observación así a bote pronto de cómo ha cambiado las cosas en el mundo del cine. En los 80, la mayoría de las chicas de las películas de acción eran novias de, futuras novias de, o esposas de, personajes satélite en toda regla, y ni pinchaban ni cortaban. En este blog soy un gruñón que no hace sino quejarse del machismo de Hollywood y cosas por el estilo, pero al César lo que es del César: si por algo es chocante esta subtrama de Regreso al futuro II, es porque las cosas han cambiado muchísimo en este aspecto, y desde hace ya tiempo las chicas, aunque sigan siendo a menudo una herramienta para introducir un romance en la trama, ya no son solamente una carga para el héroe, sino como mínimo una ayuda, y en el mejor de los casos, una heroína por derecho propio. De haberse realizado hoy la peli, y estar viajando a, qué se yo, 2040, Jennifer no se habría desmayado (sobre todo no "desmayado", porque nada remite tanto a "damisela en apuros" como DESMAYARSE).

Pero a la pobre Jennifer le tocó ser hija del cine de los 80, y allí quedó, desmayada e inútil cual bella durmiente.

En fin. Y ahora, como postre, unas cuantas curiosidades sobre aquellas cosas que predecía la peli y que, un poco en plan risa, para que se cumpliera la predicción, y un poco en plan sacar beneficio del tema, se han creado específicamente.

¡La hoverboard!

 
 Sí, bueno, va fatal y sólo funciona en ese parque, pero volar, vuela.


¡La Pepsi en bote cilíndrico!


                                                       Gomina para peinados chorra no incluida.

  
Pero, sobre todo, aquello por lo que el mundo entero clamaba: Tiburón 19. 




Sí: ¡vivir en 2015 mola!