A continuación os dejo con el cómic (se amplían las imágenes haciendo clic):
La conclusión final del cómic y del propio Giancarlo Volpe es que este tipo de estudios dan unos resultados muy manipulados y poco fiables, pero hay otro elemento más que llama mucho la atención: si bien los grupos de niños están segmentados por grupos de edad, a las niñas las juntan todas en un mismo grupo. Sí: al parecer, para los estudiosos del marketing televisivo, es igual una niña de siete años que una de once (!). El cómic no entra en detalles, pero además parece deducirse que si esto es así, por tanto entre el público habría muchas menos niñas.
Este sesgo tan evidente y llamativo revela bastante sobre la industria de la televisión y sus opiniones sobre el público. En general, existe la creencia, de la que ya he hablado antes, de que las obras de ficción protagonizadas por chicas son percibidas como "para chicas" y espantan a los chicos, mientras que aquellas protagonizadas por chicos son para todo el mundo. Por tanto, no sólo se procura que el protagonista sea un hombre, sino que además se procura que la proporción de mujeres sea inferior sensiblemente (existen estudios que demuestran que si el número de chicas y chicos es equilibrado, la audiencia al parecer percibe el número de chicas como mayor, lo que demuestra hasta qué punto está acostumbrado a que las chicas sean la minoria). Casi siempre esto se traduce en la presencia de una única chica en un grupo de amigas, quizá dos como mucho (y entonces lo típico es que una será tradicionalmente femenina y la otra más mas viril).
La banda del patio |
Al parecer, gran parte del miedo de las productoras por gustar "demasiado" a las niñas proviene de la percepción, supongo que también contabilizada estadísticamente, de que las niñas no compran muñecos. Y no nos vamos a engañar: el objetivo final de cualquier peli, serie o dibujos dirigidos a niños es vender todos los juguetes posibles. El problema es que es difícil saber si esta creencia tiene una base real, o si es lo que a veces se conoce como "profecía autorrealizada" o "Efecto Pigmalión": su poca fe en que las niñas comprarán muñecos femeninos hace que no saquen éstos a la venta o si lo hacen no los publiciten adecuadamente, con lo que finalmente ellos mismos están provocando que se cumplan sus predicciones negativas.
Mi opinión es que, finalmente, la mayor parte del público responde positivamente cuando se le ofrece algo de calidad y los altos cargos al mando le dan un verdadera oportunidad de tener éxito. Realmente da igual si dicha obra está protagonizada por un chico, una chica o un robot. A lo largo de la historia reciente ha habido un montón de obras de ficción protagonizadas por chicas que han triunfado sin ningún problema (a bote pronto me vienen a la mente los éxitos masivos de Los juegos del hambre o Frozen), así como casos de lo contrario. El verdadero problema creo que está en que los que se encargan de tomar las grandes decisiones, los que levantan o bajan el pulgar, muchas veces se siguen aferrando a creencias que el tiempo ha ido desmintiendo...
Con suerte, el tiempo también les irá cambiando a ellos, antes o después. Esperemos.
"¿Me estás llamando anticuado?" |
Esta entrada está basada en en este artículo de The Mary Sue. Gracias a Giancarlo Volpe por dar su permiso para traducir y publicar el cómic aquí, y a Andrés por su ayuda con la parte técnica al encajar los textos para la traducción.